Cuando eres el hijo pequeño en una familia en la que el padre y los hermanos mayores juegan en la NHL y en la que el hockey hielo es casi una religión solamente puedes trascender si consigues levantar una Stanley Cup. Y eso es exactamente lo que ocurrió en 2024 cuando Sam Reinhart, el menor de los Reinhart, consiguió algo que ni su padre Paul ni sus hermanos Maxwell y Griffin pudieron lograr.
Paul Reinhart estuvo cerca de lograrlo en 1986 cuando formaba parte de los Calgary Flames que sucumbieron en la final ante los Montreal Canadiens. Fue durante los mejores años de la carrera del padre, en los que incluso llegó a disputar el partido de las estrellas de 1985, aunque unos problemas crónicos en su espalda le obligaron a retirarse cuando apenas tenía 30 años.
Más modestas fueron las carreras de los dos hermanos de Sam. Maxwell, el mayor, apenas tuvo incidencia en la NHL ya que solamente participó en 23 partidos, logrando 1 gol y 4 asistencias para un total de 5 puntos todos con los Calgary Flames. Su carrera tuvo un recorrido mayor en ligas como la AHL donde jugó en los Abbotsford Heat, Milwaukee Admirals y Belleville Senators además del Kölner Haie de la Liga DEL de Alemania antes de retirarse en 2018 cuando contaba con 26 años.
Más recorrido tuvo el segundo de los Reinhart, Griffin. En su caso su participación en la NHL se fue hasta los 37 partidos en los que el defensor hizo 2 puntos fruto de dos asistencias. En su periplo por la mejor liga del planeta defendió los colores de los New York Islanders, que lo eligieron en la cuarta posición del draft de 2012, y los Edmonton Oilers. En la AHL militó en los Bridgeport Sound Tigers, Bakersfield Condors y Chicago Wolves, mientras que en Europa jugó en los Iserlohn Roosters de la liga DEL de Alemania, formó parte de los Kunlun Red Star, el equipo chino que compite en la KHL rusa y que nació para impulsar a la selección de China con vistas a los Juegos de Invierno de 2022, finalmente en la 21-22 defendió los colores de los Belfast Giants de la Elite Ice Hockey League de Reino Unido, temporada tras la cual decidió colgar los patines con apenas 28 años.
El menor de los Reinhart, Sam, no fue excepción al vínculo familiar con el hockey hielo y desde bien pequeño empezó a practicar este deporte. Y a destacar. En la temporada 2010-2011, cuando apenas contaba con 15 años de edad, debutó con los Kootenay Ice de la Western Hockey League, logrando 2 goles en 4 partidos. Ese año ayudó a su equipo a ganar la Copa Ed Chynoweth. Al año siguiente, ya siendo importante en la WHL, logró el Jim Piggot al mejor rookie.
Las buenas actuaciones de ‘Reino’ le hicieron aparecer en las quinielas para el draft de 2014, aunque el número uno acabaría siendo para Aaron Ekblad, que fue seleccionado por los Florida Panthers. Los Buffalo Sabres eligieron a Sam en el segundo puesto de aquel draft. El menor de los Reinhart fue elegido por encima de otros ilustres de la competición como Leon Draisatl, Sam Bennett, William Nylander, Kevin Fiala, Nikolaj Ehlers, Jakub Vrana, Dylan Larkin, Alex Tuch, Jared McCann, David Pastrnak, Adrian Kempe o Thatcher Demko, por citar a algunos de los compañeros de draft.
La carrera de Sam ‘Reino’ Reinhart en la NHL ha sido muy exitosa hasta el punto de haber disputado 696 partidos hasta antes del inicio de la temporada 24-25, logrando 255 goles, 283 asistencias y 538 puntos. Durante siete temporadas defendió la camiseta de los Sabres antes de llegar a los Florida Panthers con quien ha disputado tres temporadas completas siendo subcampeón de la Stanley Cup en 2023 y campeón de la Stanley Cup en 2024, siendo además un jugador muy importante en el equipo de Florida.
Sin lugar a dudas los números de ‘Reino’ serán todavía mayores, no en vano el jugador está a punto de cumplir 29 años y si las lesiones le respetan todavía le quedan unos años más en la NHL. Sea como fuere, el bueno de Sam ya ha superado los registros de su padre y hermanos y gracias a la Stanley Cup lograda en 2024 su nombre quedará grabado en la historia de la competición.
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