A veces es difícil separar la figura que tenemos de los jugadores de la NHL como personas humanas. Por eso cada vez que cometen un error, y no me refiero a los que pueden hacer en el hielo, nos cuesta relacionar y reconocer esos problemas que pueden tener como reales.
Por eso se creó el “NHLPA player assistance program” traducido como el programa de asistencia a los jugadores de la NHL. Es un programa creado en 1996 para ofrecer ayuda y dar recursos a aquellos jugadores o familias de estos jugadores con problemas de salud mental, uso de sustancias u otros problemas de esta índole.
A través de este programa, los jugadores tiene acceso a múltiples recursos, incluidos una línea directa de llamada, consejeros y profesionales de la salud mental para que les ayuden con sus respectivos problemas. La confidencialidad y la privacidad que ofrece es una de las partes fundamentales del programa. La asociación de jugadores no revela jamás el motivo por el que los jugadores ingresan en el programa, dejando a los afectados la libertad de si quieren ser ellos los que hablan del tema si lo desean.
Si bien algunos jugadores nunca revelan públicamente por qué ingresaron al programa, otros están dispuestos a compartirlo. Por ejemplo, cuando el defensa de Colorado Avalanche, Samuel Girard, ingresó al programa de asistencia, fue muy abierto al respecto y alentó a otros a buscar ayuda si se encontraban en una situación similar.
“He tomado una decisión proactiva para cuidar mi salud mental y comenzaré un tratamiento para una ansiedad y depresión severas que no han sido tratadas durante mucho tiempo y que me llevaron al abuso de alcohol”, dijo Girard en un comunicado. “Cuidar su salud mental es de suma importancia y animo a todos a hablar y buscar ayuda si sienten que la necesitan”.
Para los equipos, aunque el jugador sigue perteneciendo al equipo no ocupa hueco en las plantillas mientras estén dentro del programa. En cuanto a cuánto tiempo están los jugadores en el programa depende cada caso y pueden estar todo cuanto necesiten.
Hay cuatro etapas dependiendo de si los jugadores cumplen o no los requisitos del programa:
- Etapa I: Ingreso al programa; sin penalización.
- Etapa II: No cumplir con lo pactado en la etapa I provoca la suspensión sin sueldo mientras el jugador recibe tratamiento.
- Etapa III: No cumplir con lo pactado en la etapa II desencadena una suspensión que dura un mínimo de seis meses sin sueldo, seguida de una solicitud para volver al equipo.
- Etapa IV: Estar en esta etapa acarrea una suspensión que dura un mínimo de un año, sin garantizar la vuelta a la NHL.
Parece que en la última década la sociedad estigmatiza menos los problemas mentales y es capaz de ver con otros ojos el uso de sustancias abusivas. Mostrar las debilidades ya no se castiga tanto, se intenta cambiar y ayudar a las personas que lo necesitan.
Este cambio también se ve en el mundo de la NHL dónde sólo en la temporada 2023-24, varios jugadores ingresaron al programa en busca de ayuda. Entre esos nombres se encontraban el extremo de los Blue Jackets, Patrik Laine, el delantero de Colorado, Valeri Nichushkin o y el defensa de Colorado, Samuel Girard. Durante la temporada 2022-23, el delantero de los Red Wings, Jakub Vrana, se alejó de la organización y pasó unos meses en el programa. El delantero de los Predators, Michael McCarron, y el portero de los Panthers, Spencer Knight, también lo hicieron.
El caso de Nichushkin es el último que se ha hecho eco. Siendo la segunda vez que ingresa en el programa en apenas 13 meses. Además ambos ingresos han sido mientras su equipo, Colorado Avalanche, jugaba los playoffs. Al ser la segunda vez, el caso del ruso es de los primeros que hemos visto que ha llegado a la Etapa III del programa, estando seis meses sin sueldo entre otras cosas.
Sabiendo que venimos de una liga en la que lo que más se aplaudía era la masculinidad tóxica y que mostrar los problemas mentales era una cosa de “niñas”, ver que cada vez más jugadores son capaces de reconocer sus problemas e intentar arreglarlos deja una visión de la NHL mucho más moderna. Queda todavía mucho que hacer pero que exista este programa y que cada vez se reconozca más, sólo muestra el cambio a positivo que está viviendo la NHL.