Durante la segunda mitad del siglo XX muchos fueron los deportistas que escaparon de la vida que tenían en países del Este de Europa. El hockey hielo no fue ajeno a esa situación y las diferentes ligas norteamericanas, incluyendo la NHL, acogieron a algunos de esos refugiados. Y así es como en 1989 llegó al norte de América, concretamente a Canadá, un joven checoslovaco de solo 17 años llamado Petr Nedved, tan buen jugador de hockey hielo como díscolo. De hecho se esperaba de él que fuera una superestrella, el hombre que reinara en la NHL en la década de los noventa, pero sin embargo quedó relegado a un papel mucho más secundario.
La llegada de Nedved a suelo canadiense tuvo lugar en 1989 cuando aprovechando la disputa de un torneo sub 18 en Calgary decidió desertar y quedarse en Canadá. Lo hizo sin decirle nada a nadie. Ni siquiera a sus padres, quienes fueron forzados por las autoridades checoslovacas a instarle a volver. Pero Nedved, quién recibió la ayuda de un amigo checo que también desertó pero del que nunca ha desvelado la identidad, tenía claro que no quería regresar. Y tampoco hubiera sido una idea muy sensata para hacerlo ya que el gobierno tenía una política muy dura para con los atletas que salían del país para desarrollar su carrera profesional en otros lugares.
Apenas unos meses después de su marcha, el país europeo cambió de régimen y Nedved pudo regresar, aunque para entonces ya había brillado en los Seattle Thunderbirds de la WHL con quienes logró la friolera de 145 puntos en 71 partidos, algo que le valió para ser elegido en el segundo lugar del draft de 1990 por los Canucks de Vancouver. Empezaba de esta forma el periplo del checo en la mejor liga del mundo.
El stick de Gretzky
Los primeros pasos de Nedved en la NHL no fueron nada halagüeños. Se esperaba de él que fuera una de las estrellas de la competición y sin embargo sus 16 puntos en 61 partidos en la primera temporada y los 37 puntos en 77 partidos en la segunda hicieron que su protagonismo fuera decayendo y ese halo de estrella fue quedando en el olvido… hasta la temporada 92-93. En su tercer año en la competición, el checo fue capaz de explotar todo su potencial y tras anotar 38 goles y sumar 71 puntos en 84 partidos, incluyendo una racha de 15 partidos consecutivos anotando puntos, se ganó el cariño de los hinchas de Canucks. Algo efímero, todo sea dicho.
Ese mismo año los Vancouver Canucks cayeron en playoffs ante Los Ángeles Kings de Wayne Gretzky y Nedved, que idolatraba al canadiense, le pidió el stick a su ídolo justo cuando su equipo quedaba apeado de la lucha por la Stanley Cup. Un gesto que no gustó a los aficionados que se enfadaron mucho con él.
Fue el primero de los problemas en Vancouver, el segundo llegó ese mismo verano cuando tuvo problemas con la directiva del equipo por su contrato, eso hizo que estuviera sin poder jugar en la NHL hasta que los St. Louis Blues le ficharon el último día del mercado de fichajes. Con los Blues disputó 19 partidos y logró 20 puntos. En 1994 también logró la ciudadanía canadiense y pudo disputar los Juegos Olímpicos de Invierno con la selección de Canadá, con la que consiguió la medalla de plata. Los New York Rangers fueron su casa en la campaña 94-95, una temporada marcada por el lockout y en la que tuvo un discreto papel con 23 puntos en 46 partidos.
Durante el verano de 1995 se produjo el fichaje de Nedved por los Penguins de Pittsburgh. Un equipo que en aquel entonces contaba con estrellas como Mario Lemieux, Jaromir Jagr o Ron Francis, entre otros. El estar rodeado de jugadores con tanta calidad y carisma repercutió de forma muy positiva en el checo que logró 45 goles y 99 puntos en 80 partidos, incluyendo 20 puntos en playoffs donde los Penguins llegaron a la final de conferencia. En esos playoffs hizo historia al anotar el gol decisivo en la victoria de los de Pittsburgh sobre los Washington Capitals en el último minuto de la cuarta prórroga.
Su segunda temporada con los Penguins también dejó buenos registros ya que fue capaz de alcanzar los 71 puntos y los 33 goles. Y fue en ese punto cuando su controvertido carácter volvió a aparecer.
Una disputa sobre su contrato acabó con el checo prácticamente parado durante la temporada 97-98. Cinco encuentros con el Sparta de Praga de la República Checa y tres partidos con Las Vegas Thunder de IHL fueron sus registros ese año. El inicio de la campaña 98-99 no fue mucho mejor ya que seguía sin alcanzar un acuerdo y se vio forzado a jugar 13 partidos con Las Vengas Thunder.
Dos meses después del inicio de la competición se incorporó a los New York Rangers en una operación que no salió bien al checo, que perdió dinero y se ganó mala fama en la liga. En su primer curso con los Rangers sumó 47 puntos en 56 encuentros, iniciando de esta forma una etapa de estabilidad ya que llegó a estar otras cinco temporadas con el cuadro neoyorquino en las que firmó 68, 78, 46, 58 y 31 puntos respectivamente, incluyendo la temporada 00-01 en la que formó el trío de “los amigos checos” con sus compatriotas Jan Hlavac y Radek Dvorak.
Etapas en los Oilers, Coyotes y Flyers
Para la 2003-04 y tras haber disputado 65 encuentros con los Rangers (con 31 puntos) fue traspasado a los Oilers de Edmonton el último día del mercado de fichajes. En Edmonton disputó 16 partidos y contribuyó con 15 puntos pero no ayudó a que los Oilers se metieran en playoffs. Para el curso siguiente, Nedved se comprometió con los Phoenix Coyotes aunque tuvo que jugar en la Extraliga de la República Checa defendiendo los colores del Sparta de Praga por el cierre patronal de la NHL en la 2004-05.
En su regreso a la NHL tuvo un paso discreto con 11 puntos en 25 partidos con los Coyotes. Fue entonces cuando pidió a los de Phoenix que lo traspasaran a un equipo de la Conferencia Este para estar cerca de su esposa, la modelo Veronica Varekova y por ello acabó esa temporada con los Flyers de Filadelfia con quienes disputó 28 encuentros y logró 14 puntos, además volvió a disputar unos playoffs. Ese verano se divorciaría de su esposa.
Tras la separación permaneció en Philadelphia, aunque sus registros fueron muy malos en la 2006-07 hasta el punto de ser destinado a los Philadelphia Phantoms de la AHL. Durante meses alternó presencias en la NHL con presencias en la AHL y dejando unas malas sensaciones. Siete puntos en 21 partidos con los Flyers y 11 en 14 con los Phantoms evidencian su mala temporada. Regresó a los Edmonton Oilers para el final de temporada pero solamente hizo cinco puntos en 19 partidos.
Pretemporada fallida en Nueva York
A partir de ese momento la carrera de Nedved transcurriría en la República Checa, salvo en 2008 cuando realizó entrenamientos de pretemporada con los Rangers de Nueva York que, finalmente, no le valieron para volver a la NHL. En la 2007-2008 militó en el Sparta de Praga y en 2008, tras la pretemporada con los Rangers, se incorporó al Liberec Bili Tygri de su ciudad natal donde disfrutaría del hockey hielo hasta que se retiró en 2014.
Por el camino todavía tuvo momentos para sonreír ya que en 2012, con 40 años, participó con la República Checa en el Mundial de la IIHF celebrado en Finlandia y Suecia, consiguiendo anotar un gol decisivo ante Letonia a la edad de 40 años, 6 meses y 1 día, lo que le convirtió en el jugador más veterano de la República Checa en lograr un gol en un Campeonato Mundial. Antes de retirarse pudo disfrutar de un nuevo evento internacional, en esta ocasión los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi en 2014, formando parte del equipo de la República Checa que finalizó en sexta posición. Nedved llegó a disputar cinco encuentros a pesar de su edad. Poco después del torneo, el 13 de mayo de 2014, pondría punto y final a su carrera como jugador.
A pesar de haber tenido buenos momentos en la NHL parece que el nombre de Petr Nedved se asocia más a la polémica y a la controversia y en la mente de los aficionados siempre quedará una pregunta ¿A dónde habría llegado el checo si por su cabezonería no se hubiera quedado sin jugar durante sus etapas en los Canucks y, sobretodo, en los Penguins donde estaba mostrando un nivel de juego propio de una gran estrella?