En 1991 el draft de la NHL tuvo como figura principal a Eric Lindros, que acabaría jugando en los Quebec Nordiques, pero para la segunda plaza, que correspondía a los San José Sharks que estaban viviendo su draft de expansión, hubo varios candidatos como Scott Niedermayer, Scott Lachance o Peter Forsberg sin embargo el elegido fue el canadiense Pat Falloon. El de Foxwarren lo tenía todo para ser la gran referencia del recientemente creado equipo californiano, sin embargo acabó siendo una de las mayores decepciones de la década.
El de ala diestra nacido en Manitoba empezó a destacar en el hockey siendo un chaval y tal y como reconoció en una entrevista a The Athletic hace unos años, a la edad de 12 años ya tenía claro que quería llegar a la NHL.
Etapa en los Spokane Chiefs
A los 16 años le llegó la oferta de los Spokane Chiefs, un equipo de la ciudad del mismo nombre en el estado de Washington. Falloon no se lo pensó dos veces y se incorporó al equipo que competía en la Western Hockey League.
Sus números con el equipo estadounidense fueron, sencillamente, extraordinarios. En la temporada 88-89 firmó 78 puntos en 72 partidos en su debut en la WHL. A la campaña siguiente se fue hasta los 71 encuentros disputados con 60 goles y 64 asistencias para un total de 124 puntos. Y si esto ya era una verdadera barbaridad los datos de la temporada 90-91 fueron una locura.
A diferencia de los años previos, en esta temporada solamente disputó 61 partidos pero consiguió 64 goles y 74 asistencias para sumar la friolera de 138 puntos. Con esos números era lógico que los San José Sharks, que debutarían en la NHL la temporada siguiente, se fijaran en él para liderar su primer proyecto.
Debut en la NHL
La llegada de Falloon a la National Hockey League no fue malo. De hecho fue bastante consistente y positiva. Disputó 79 encuentros, consiguió 25 goles, repartió 34 asistencias y se fue hasta los 59 puntos. Por ponerlo en perspectiva, en su año de debut en la NHL el número 1 del draft de 1991, Lindros, sumó 75 puntos y otros puestos altos de aquel draft como Niedermayer (40 puntos) o Peter Forsberg (50) firmaron peores datos en su año de debut.
No parecía que Falloon fuera a ser un fracaso en el inicio de la temporada 92-93, su segunda en la NHL. De hecho la proyección que había el 10 de enero era que haría 56 puntos. Sin embargo ese día en el partido que enfrentó a los Sharks y a los Ottawa Senators acabaría marcando un antes y un después en su carrera. Una carga, una mala caída al hielo y una dislocación en el hombro de tal magnitud que se necesitaron hasta tres médicos para colocarlo en su sitio de nuevo.
Una mala decisión
El principal problema no fue la lesión, sino la decisión que tomó después Pat Falloon. Le ofrecieron que estuviera de baja para que el hombro se curara completamente y luego ir a rehabilitación o pasar por quirófano para reparar el cartílago. El de Foxwarren decidió someterse a la cirugía y esta, desafortunadamente, salió mal. Falloon nunca volvió a ser el mismo e incluso en la actualidad todavía tiene dolor en su hombro. Las ganas por reaparecer lo antes posible y el peso de ser la cara de una franquicia joven le empujaron a tomar esa decisión.
A pesar de ello, Falloon intentó cambiar su estilo de juego para tener algo menos de contacto y poder proteger su hombro pero no regresó a las estadísticas previas a la lesión. Sin embargo el de Manitoba acabaría disputando 573 encuentros en la NHL en los que conseguiría 143 goles y repartiría 179 asistencias para un total de 322 puntos. Y lo haría con los San José Sharks, los Philadelphia Flyers, los Ottawa Senators, los Edmonton Oilers y los Pittsburgh Penguins.
Últimos años en activo
Al margen de las lesiones hubo un aspecto más que marcó la carrera de Falloon en la NHL y fue el sobrepeso, de hecho en tono despectivo le llamaban ‘Fat Balloon’, que sería algo así como ‘bola de grasa’ (literalmente bolo gordo) jugando con su nombre y apellido.
Como él mismo reconoció en una entrevista, en sus años en el Spokane Chiefs y en los Sharks no cuidó mucho su alimentación y tampoco desde el club le dijeron nada. “Bebíamos cerveza y comíamos pizza” reconoce. Además fuera de la temporada no existía control sobre lo que se comía ni tampoco había una rutina de trabajo físico para mantener el nivel sino que hasta que no regresaban a los campamentos de pretemporada el trabajo físico brillaba por su ausencia.
Tras una temporada en el HC Davos de Suiza, Pat Falloon decidió regresar a donde había sido feliz: Foxwarren para jugar en los Foxwarren Falcons de la North Central Hockey League, el equipo de su pueblo. Y no hablamos de un pueblo grande. En Foxwarren viven alrededor de 80 personas y la base de su economía es el cultivo del trigo y la canola (de donde sale el aceite de colza). Volviendo al hockey, Falloon fue el máximo goleador de la liga durante varias campañas y ayudó a los Falcons a conquistar el título de la NCHL durante seis temporadas consecutivas hasta que en la 07-08 el triunfo fue para los Roblin Northstars y supuso el adiós a las pistas del jugador de Manitoba.
Vida rural
Una vez retirado del hockey, Falloon tuvo una breve incursión en el mundo de los entrenadores pero no quedó contento con la experiencia y decidió dedicarse a lo que más le gusta: su campo de cultivo. Y desde entonces vive alejado de los focos y del nivel mediático que supone la NHL y más cuando eres la gran estrella de un equipo en expansión como fueron aquellos San José Sharks de 1991. Él dice que es feliz viviendo en el pequeño Foxwarren y lidiando con el duro trabajo del campo.
Y al ver imágenes del pueblo uno piensa que si un día se cansa del mundo y la sociedad le derrota hasta el agotamiento extremo, uno de los sitios que elegiría como retiro espiritual sería, probablemente, Foxwarren.