La franquicia de los Arizona Coyotes vivió un nuevo cambio de domicilio durante el curso 2022/23, dejando el Gila River Arena por el nuevo pabellón de la Universidad del Estado de Arizona donde juegan los Sun Devils, equipo de la NCAA.
Esta mini mudanza (mínimo de tres a cinco temporadas) no reubicó a los Yotes fuera del estado ni de su mercado, pero si que ha levantado varias ampollas en algunos sectores de aficionados al hockey.
El tema, es que dicho nuevo pabellón (Mullett arena) solamente puede albergar unos 4,600 aficionados, cifra muy por debajo de los estandartes que requiere una liga como la NHL, donde actualmente la arena permanente más pequeña es la de Winnipeg (Canada Life Center) con una capacidad para 15,321 personas. Esta cifra tan baja, aunque sea temporal hasta que los Coyotes tengan luz verde para construir y terminar su nueva pista, dentro del área metropolitana de Phoenix, no ha gustado a todo el mundo, planteándose si ya es hora por parte de la liga de terminar de dar tantas oportunidades a la franquicia de Arizona en resolver y asegurar su futuro en el desierto.
Aquí intentaremos aportar luz tanto a favor como en contra de mantener a toda costa los Yotes en Phoenix.
A favor
- Phoenix y su área metropolitana
Dicha zona es una de las que más crecen dentro de los Estados Unidos, convirtiéndose en un mercado muy atractivo para todas las grandes ligas. Mercados así siempre ayudan a la hora de buscar nuevos contratos televisivos altos.
- No puede ser una segunda Atlanta
Tras la marcha de los Thrashers a Winnipeg, sería una nueva derrota para la NHL perder otro mercado estadounidense importante, algo que ni Bettman ni la liga en general parecen desear.
- Estabilizar la franquicia
Los Coyotes llevan años arrastrando malas gestiones, pero parece que su actual dueño, Alex Meruelo, dentro de algunas polémicas que ha tenido y dificultades para construir un nuevo pabellón, está decidido a estabilizar la franquicia y brindarle por fin un futuro estable en Arizona.
- Un nuevo pabellón
La actual dirección de los Yotes está a la espera del paso final para presentar (con suerte) oficialmente su último proyecto para construir su esperada nueva arena, la clave de vuelta para cerrar todas las dudas entorno a la franquicia.
- Futuro deportivo esperanzador
Actualmente los Yotes tienen uno de los registros de la parte media de la NHL pero disponen de muchas selecciones altas (y un gran pool de jugadores jóvenes) en los próximos drafts donde, algo que según varios expertos, les brindará la oportunidad de formar una plantilla muy interesante a 2-3 años vista; situación que ayudaría a devolver a la gente a sus asientos.
- Efecto Matthews
Auston Matthews creció siendo fan de los Coyotes, su llegada a la liga ha demostrado que el hockey en Arizona ha crecido de forma exponencial y con una franquicia NHL cerca todo este crecimiento seguiría su camino ascendente, algo que tanto a la NHL como a USA Hockey (federación estadounidense) les encanta.
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En contra
- Efecto negativo sobre la liga
Todo el tema relacionado con los Coyotes resulta difícil de digerir para la liga, han sido muchos años de penurias extradeportivas y se está llegando a un punto donde la NHL podría ver afectada su imagen teniendo en ‘nómina’ una franquicia que no cuaja del todo.
- Otros mercados disponibles
Con el empeño por parte de Bettman y compañía de mantener los Yotes en Arizona a toda costa, están perdiendo la oportunidad de brindar a la liga a unos mercados inmensos como serían los de Houston y Atlanta, también está Salt Lake City o incluso recuperar al de Quebec City, el cuál está a la espera y super preparado/deseoso de volver a contar con una franquicia NHL.
- Comparación odiosa con otras situaciones similares del pasado
Muchos fans se quejan, sobretodo de las zonas afectadas, que la liga no ha sido siempre tan paciente con algunos mercados en el pasado, serían los casos de Nordiques en Quebec, los Jets (originales) en Winnipeg y Whalers en Hartford por decir algunos.
- El hazmerreír entre las grandes ligas
El tener una franquicia desestabilizada y no conseguir solucionar el problema, deja a la NHL en una situación comprometida ante sus homónimas de otros deportes, sea la NBA, MLB o la NFL, creando una aura de poco éxito del hockey en general (aunque sea falso).
- Puede que la nueva ubicación sea otra Glendale
Los Coyotes ya construyeron un nuevo pabellón en el pasado reciente (en Glendale) y no les funcionó debido a que varios estudios indican que lo hicieron en la zona equivocada dentro de la área metropolitana de Phoenix, pero, ¿y si otras zonas en sus alrededores vuelven a ser una nueva Glendale? Se volvería a caer en el mismo error.
- Jugar regularmente ante menos de 5,000 aficionados no es digno de la NHL
Durante los próximos tres o cuatro años como mínimo (si no se acaba la paciencia de Bettman antes), los Yotes jugarán en un pabellón fuera de los estandartes de la NHL, dando la sensación de liga menor a la franquicia y a la propia liga, situación poco deseada para los mandamases de la misma.
En definitiva, la situación en Arizona respecto a los Coyotes ha tomado un nuevo rumbo, eso es indiscutible, ahora faltará ver si hacia el camino correcto definitivo o será la senda hasta un nuevo capítulo fallido; el tiempo lo dirá.