Al planear este artículo me puse la meta de tocar un tema de estadísticas, especialmente enfocado en la NHL. Al inicio pensé en desarrollar el mundo de la estadística avanzada pero caí un poco en consciencia que este “mundo estadístico” de entrada presenta una barrera para muchos. Esta barrera puede ser de duda de utilidad de estos datos, terminología complicada o bien simplemente una falta de interés en estos datos.
Pero… ¿De que estadísticas es imposible que un fanatico del hockey pueda escapar? La respuesta es “Los puntos de los jugadores”. Ya sea que juguemos a una fantasy league, seamos fan del videojuego de la NHL o sigamos un equipo de la liga; Lo primero que queremos saber es “Quién es el mejor jugador” y para respondernos esta pregunta solemos acudir a las estadísticas de puntos de los jugadores.
Si vemos este cuadro que está abajo de este párrafo, nos encontramos con los mejores puntuadores de la NHL en la temporada 2021/2022 y vemos nombres destacados como Connor McDavid con 123 puntos en 80 partidos jugados.
Si ya somos un poco más veteranos viendo este deporte sabemos que en el hockey sobre hielo, como en ningún otro deporte, las asistencias tienen un valor gigantesco. Estas asistencias tienen un peso tan fuerte que no solo se contabiliza al último jugador que da el pase de gol o asiste al goleador, sino que en un escenario muy común el último jugador que le pasa el puck al asistidor principal del gol, también recibe una asistencia para su estadística personal.
En resumen, durante un gol es muy común que exista: 1 goleador, 1 asistente primario y 1 asistente secundario. Estos tres jugadores son recompensados por igual con 1 punto que suma a la estadística personal del cuadro que vemos más arriba.
Hasta el momento no hemos descubierto nada extraordinario ni hablado sobre algo que nos ponga en duda quienes son los mejores puntuadores o jugadores de la NHL. Pero… ¿Qué pasaría si le quitamos las asistencia secundarias a la NHL? ¿Qué tanto cambiaría el cómo percibimos a ciertos jugadores de la liga?
En el cuadro que vamos a ver dos párrafos abajo, encontramos los datos de este posible escenario que nos estamos planteando. El número que vamos a ver al lado del nombre del jugador representa su posición en en la tabla normal (donde se contabiliza 1ra Asistencia, 2da Asistencia y Gol, con un punto), esto para hacernos más sencilla la tarea de recordar en qué posición se encuentran en las estadísticas del cuadro que presenté arriba.
Ahora pasemos a esclarecer las preguntas que planteamos anteriormente. La respuesta es que, al menos en la parte alta de la tabla de puntuadores, dos jugadores de este top 10 abandonarían el mismo si no se contabilizarán como puntos las asistencias secundarias. Los damnificados en este caso son Mitchell Marner (Toronto) que de la posición 10 bajaría a la 13 y JT Miller (Vancouver) que bajaría de la posición 9 a la 16. Los beneficiados serían Kyle Connor (Winnipeg) y Mikko Rantanen (Colorado) que sí aparecerían en el top 10 de la liga.
Sabemos que el hockey sobre hielo es un deporte fuerte donde muchos jugadores tienen que lidiar con lesiones a lo largo de la temporada. Estos contratiempos los alejan de la posibilidad de jugar 82 partidos de temporada regular, limitándolos en la posibilidad de alcanzar registros personales como los de estos jugadores del top 10. Así que para añadirle un extra a este artículo veamos el top 10 de jugadores con el mejor promedio de puntos primarios (asistencia primaria más gol) por partido.
Tras este nuevo experimento podemos ver que Connor McDavid (Edmonton) es destronado de la primera posición por Auston Matthews (Toronto), pero lo más destacado, sin lugar a duda, es la subida que tiene jugadores como Nikita Kucherov (Tampa Bay), Nathan MacKinnon (Colorado) y Filip Forsberg (Nashville) al aplicar este criterio.
Para concluir quiero aclarar que este artículo no es en modo de crítica hacia el sistema de puntos de la NHL ya que pienso que muchas asistencias secundarias son de muy alto valor durante el desarrollo de un gol. El objetivo principal es presentar cómo las estadísticas pueden cambiarnos el panorama de pensamiento, dependiendo de la forma que manipulemos los datos.