La historia se repite en Pittsburgh

Dicen que el primer amor nunca se olvida y que, a no ser que seas uno de esos pocos afortunados (o afortunadas) que sigue compartiendo su vida junto a esa misma persona, el resto nos pasamos la vida intentando reencontrarnos con esa sensación.

Tengo la intuición de que los que hayáis leído alguno de mis artículos anteriores (suponiendo que haya alguno) estaréis haciéndoos una idea de por donde vamos a ir hoy. Para los nuevos os diré de que no estoy interesado convertir NHLmania en una web par ligar (para eso tenéis Tinder), sino que Mario va a tener bastante protagonismo hoy.

Si hay un aspecto en especial en el que los europeos deberíamos aprender de nuestros vecinos del otro lado del charco es en la forma de entender la rivalidad deportiva. El día que podamos ver en Europa aficionados mezclados en la grada celebrando los goles en una final de Champions League habremos dado un paso que ríete tú del de Neil Armstrong en 1969.

Confesiones de un niño de los 90

¿Pero a qué viene toda esta moralina? Muy sencillo, a pesar de ser cualquier cosa menos un fan de los Penguins, si tuviera que escoger a mis dos jugadores favoritos (de los que he podido ver), estos serían Mario Lemieux y Sidney Crosby.

¿Qué queréis? Crecer en los 90 siendo aficionado de los Oilers era más difícil de pasar que un ‘bocata’ de polvorones, de alguna forma tenía que buscar consuelo. Ahora Connor y Leon lo han puesto más fácil, pero entonces era un suplicio. Por cierto, gracias ‘aita’ por la parte que te toca…

Así que la idea es hacer para Sid y Mario el mismo tipo de comparativa que en su momento realizamos para Wayne Gretzky y Connor McDavid.

Mario vs Sid (Datos generales)

Antes de entrar en materia, y como estoy convencido de que hay más de un conspiranoico por aquí, os dejo el siguiente artículo donde hacen repaso al loco Draft de 2005. En el mismo aportan argumentos que echan por tierra la teoría de que la lotería estuvo amañada en favor de Pittsburgh a fin de salvar a la franquicia de la bancarrota.

Respecto a la forma de comparar comparar la productividad de ambos jugadores, el ‘approach’ que vamos a seguir es análogo al realizado en momento para las estrellas de los Oilers. Para intentar normalizar los distintos factores que influyen en el número total de puntos conseguidos por ambos jugadores, el análisis que hemos realizado contiene las siguientes asunciones:

• Se han considerado diez de los primeros doce años de carrera profesional de ambos jugadores. Este valor se corresponde con el periodo disputado por Mario hasta su retirada a finales de la temporada 1996-97.
• El criterio seguido para descartar esas dos temporadas se ha sido el no tener en cuenta aquellas donde jugaron menos de la mitad de los partidos de temporada regular.
• Porcentaje de goles, asistencias y puntos de cada jugador con respecto al conjunto del equipo. De esta forma intentaremos normalizar la producción individual con respecto a sus compañeros.

Otro factor especialmente relevante es el relativo a la cantidad de partidos jugados por temporada por cada uno de los ‘contendientes’. Para tener en cuenta este hecho, los valores de goles, asistencias y puntos de cada equipo y jugador se han prorrateado por encuentro disputado.

Finalmente, hay un par de hechos adicionales a tener en cuenta, y del que la gran mayoría somos conscientes. El primero de ellos no es otro que la batalla del ’99’ contra el Linfoma de Hodgkin diagnosticado a principios de 1993.

Debemos recordar la victoria de Mario en su lucha contra el Linfoma de Hodgkin diagnosticado en 1993

Es cierto que éste no fue el único de los más que múltiples problemas físicos que sufrió a lo largo de su carrera, pero sí que es aquel que, al recordarlo, nos encoge a todos un poco el corazón y nos genera un nudo en la garganta.

Para muestra os dejo la ovación que le rindieron en Philadelphia el día de su regreso, pone los pelos de punta.

Crosby, por su parte, ha tenido la mala suerte de haber visto reducido su tiempo sobre el hielo en su ‘prime’ como jugador debido a varias ‘concussions’.

En ambos casos podemos afirmar que, como aficionados, hemos sido privados de parte de lo mejor de la carrera de dos de los mejores de siempre. Y en ambos casos, por motivos ajenos a nuestros protagonistas.

Pero entremos en harina, que ya va siendo hora.

El frío dato

En las tres últimas columnas de las siguientes tablas (‘G [%]’, ‘Assists [%]’ y ‘Points [%]’), se encuentran recogidos respectivamente los porcentajes de goles, asistencias y puntos de cada jugado respecto al total del equipo.

Estos valores se han derivado con los datos correspondientes a jugador y equipo, recogidos en las columnas anteriores, siguiendo las asunciones expuestas en el apartado anterior.

La mirada crítica

Buceemos un poco en el mar de tablas. Si nos fijamos únicamente en la última columna (porcentaje de puntos de cada jugador con respecto al total del equipo), podemos comprobar los siguientes hechos:

• El mayor porcentaje de puntos de ambos jugadores lo obtuvo Lemieux en 1988-89 con un 22.52%. En otras palabras, más de uno de cada 5 puntos de los Penguins esa temporada pasó por el stick de Mario. Además, el hecho de que esa temporada disputase 76 de los 80 partidos de temporada regular le da todavía más relevancia al dato.
• Si nos fijamos en el rendimiento de Crosby, lo primero que llama la atención es su regularidad. A excepción de las dos últimas temporadas, su producción ha estado en el entorno del 16%, un valor más que considerable si tenemos en cuenta a sus compañeros.
• Siguiendo el punto anterior, si dirigimos nuestra mirada esta vez a las estadísticas de ‘The Magnificent One’, hay un hecho sobresaliente. A pesar de que Pittsburgh pasó de ser un equipo eminentemente perdedor a levartar su primera Stanley Cup de la mano de Mario, su producción ofensiva no sufrió prácticamente alteraciones. En otras palabras, a pesar de contar con mejores compañeros, siguió manteniendo su relevancia específica en la faceta anotadora.

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Gráficas

Para interpretar de forma más visual las tablas anteriores, pasemos a graficar los datos recogidos en ellas. Empecemos con la relativa al porcentaje de goles:

Goles

Se confirma algo que podíamos prever teniendo en cuenta el estilo de juego de ambos centers. El peso específico de Lemieux en el total de los goles anotados por los Penguins es consistentemente superior al de McDavid.

Ahora nos puede venir a la mente aquella frase de Gretzky relativa a que consideraba a Mario como un mejor goleador que él mismo. Viniendo de ‘The Great One’, todavía tiene más relevancia.

Por otra parte, y como hemos mencionado en otras ocasiones, Crosby siempre ha sido considerado más un playmaker que un killer, por lo que va a ser interesante echar un vistazo a las asistencias.

Asistencias

Aquí ya vemos una tendencia algo diferente. Podemos apreciar que la diferencia entre ambos jugadores se reduce considerablemente. Aún así, Lemieux sigue estando ligeramente por encima de Sid.

Por otra parte, es de resaltar que mientras la gráfica relativa al porcentaje de asistencias de Crosby (azul) tiene tendencia descendente en las últimas temporadas, si vamos a la gráfica de goles, esa tendencia se invierte y es positiva.

Esto indica un cambio en su estilo de juego potenciando su faceta puramente goleadora. Mario, por su parte, y a pesar de cierta dispersión, es un martillo pilón.

Finalmente, pasemos a la gráfica relativa al porcentaje de puntos, donde podremos obtener una visión global.

Puntos

Pues a pesar de que ver las gráficas de porcentaje de puntos y asistencias nos puede dar pistas de lo que podríamos encontrar al ver la gráfica de puntos, tengo que reconocer que lo que vemos en las tres primeras temporadas es ciertamente llamativo.

Debemos recordar que ambos jugadores llegaban a la franquicia en uno de sus momentos más bajos, pro lo que la ‘circunstancia‘ que diría Ortega era bastante similar.

Pues bien, la producción y evolución de Sid y Mario fue muy similar, casi podríamos decir que iban de la mano. Sin embargo, a partir de la cuarta, Lemieux enciende el cohete y se despega de Crosby. También debemos hacer mención a que los Penguins de los 80 tardaron algo más en coger vuelo que los de la primera década de los años 2000, lo que puede tener cierto sentido.

Finalmente, y a pesar de que las diferentes métricas apuntan a una ligera ventaja de Mario respecto a Sid en su peso específico en la plantilla, debemos recordar que este hecho puede ser el resultado de múltiples factores, no sólo de su propio talento o calidad individual.

No obstante, lo que sí es cierto es que estos datos corroboran la sensación dominante en la mayoría de aficionados al hockey, aquellos Penguins eran el equipo de Mario, mientras que los actuales son una escuadra más coral.

La suerte para todos aquellos aficionados de Pittsburgh es que, con un breve inciso a finales de los 90, han podido disfrutar de dos de los mejores talentos de la historia de este deporte.

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