La espera está llegando a su fin, y ya nos encontramos a pocas semanas de volver a disfrutar de la pasión que infunde Harnarayan Singh a sus narraciones en el Hockey Night in Canada.
De acuerdo, si en estos momentos te encuentras en Nashville a 95ºF (30ºC), puede que no sientas la venida del frío y crudo invierno. Pero las explicaciones deberías pedírselas al enemigo número 1 de la afición canadiense, el ínclito Gary ‘Batman’ (impagables tanto el “momentazo” de Joe Biden con Ray-Ban Aviator incluidas, como la reacción de Victor Hedman en el background).
A fin de cuentas, Gary Bettman ha sido el máximo responsable de la expansión de la NHL fuera de los mercados tradicionales, según él con el objetivo de incrementar la base de potenciales aficionados a este deporte.
Para todos aquellos sufridores fans que añoráis la vuelta de los Nordiques a Quebec, buscad consuelo en pensar que podría haber sido peor. Imaginad que habría pasado si hubiese sido nombrado presidente de la Federación Internacional de Vóley-playa, seguro que habría organizado el Mundial en las playas de las Islas Feroe en pleno enero con tal de promover el espectáculo.
Pero dejemos el análisis (a.k.a. linchamiento) de la figura de Bettman para otro momento.
Contexto al texto
¿Y de qué vamos a hablar hoy? Muy sencillo, de goles. Pero pongamos un poco de contexto partiendo de un aspecto muy personal.
Estoy embarcado en convencer a mi preciosa, inteligente y, por supuesto empoderada southern belle, de que hay vida más allá del College Football. Siendo sincero, viendo el panorama de mi Notre Dame del alma después de la lesión de Tyler Buchner, más vale que encuentre alternativa para los sábados por la noche, o acabaré hundido en un pozo de desesperación deportiva.
Sin ir más lejos, la semana pasada le estaba intentando explicar la explosión ofensiva de la última temporada. Mi intención no era más que tumbar ese mito de que el hockey es un deporte aburrido donde cada año que pasa suceden menos cosas.
Y de repente me enfrento a una pregunta por su parte más que evidente:
“¿Por casualidad no estarán lanzando más cerca de la portería?“
Si os soy sincero, no supe responder en ese preciso momento, así que me puse a ‘scrapear’ los datos de temporada regular en situación de 5v5 desde la 2014-15 hasta la fecha.
Perspectiva clásica (distancia y ángulo)
En primer lugar, hay que mencionar la existencia de otra variable íntimamente ligada a la distancia, el ángulo. Es por ello que estudiaremos también la evolución del ángulo promedio de lanzamientos convertidos a lo largo de las últimas temporadas.
Los resultados los tenéis en las gráficas y tabla mostradas a continuación (las unidades de distancia y ángulo son pies y grados sexagesimales, respectivamente).
Se puede apreciar claramente que la distancia media de los lanzamientos que han acabado en gol se ha mantenido bastante constante a lo largo de los últimos años, siguiendo el valor del ángulo medio un comportamiento análogo.
2019/20 (COVID)
Aunque de entrada se aprecie cierto comportamiento extraño en la temporada 2019-20, con valores de distancia y ángulo algo alejado del promedio histórico, no debemos olvidar que se corresponden con la temporada acortada por el inicio de la pandemia de COVID. Ciertamente, el tamaño de la muestra puede estar afectando al valor obtenido.
Adicionalmente, en términos absolutos la diferencia no puede considerarse necesariamente como significativa.
Primera duda despejada, los goles se siguen anotando desde una posición similar desde mediados de la década pasada hasta nuestros días.
Por cierto, llegados a este punto merece la pena rescatar el artículo de Eric Blanch en el que desglosaba y analizaba en detalle los tipos de lanzamientos la temporada 2021/22 y el porcentaje de éxito de cada uno de ellos. Os lo dejo aquí.
Perspectiva alternativa (eficiencia)
Hasta ahora hemos estudiado la influencia (o falta de ella) de dos parámetros clásicos (distancia y ángulo). Sin embargo, esas dos métricas se quedan cortas a la hora de intentar dar respuesta a otro tipo de preguntas, como la siguiente:
“¿Serán más eficientes los jugadores a la hora de anotar?”
En los últimos años se ha ganado mucha fuerza una nueva métrica, xG (Expected Goals), como más de una vez nos ha recordado Iván Ortíz en sus detallados análisis (rescato aquí el primero que escribió sobre Juraj Slafkovsky, por si algún fan de los Habs estaba de fiesta en Ibiza y se le ha pasado por alto).
Este estadístico surgió en 2004 de la mano de Alan Ryder, y no es más que el resultado de evaluar la calidad de cada lanzamiento en base a una serie de parámetros. El peso específico asignado a cada uno de los mencionados parámetros dependerá del modelo utilizado.
Si vemos que hay interés por parte de comunidad nerd, se podría abordar a futuro la posibilidad de entrar al detalle del cálculo, pero de momento hagamos un acto de fe y creamos en él a pies juntillas.
Ahora bien, ¿cómo lo podemos utilizar en nuestro interés?
Muy sencillo, vamos a calcular la evolución temporal del promedio de Expected Goals de los 10 mejores jugadores de la NHL en este campo.
¿Pero, por qué sesgar la muestra quedándonos sólo con los 10 primeros en xG? Pues porque las revoluciones las inician unos pocos.
En otras palabras, generalmente son los mejores en cada disciplina, incluidas las deportivas, aquellos que evolucionan más rápidamente para conseguir ventaja competitiva. Posteriormente, su técnica y estilo es imitado por el resto. Pero pasemos ahora al frío dato.
Aquí ya podemos apreciar algo diferente. Si nos fijamos en la temporada 2020-21, donde anteriormente detectábamos parámetros de distancia y ángulo desviados ligeramente del promedio histórico, ahora no vemos nada anormal.
Sin embargo, si vamos a la temporada siguiente, la 2020-21, sí que apreciamos un deep dive de nuestro estadístico (xG). Creo que no soy el único con la sensación de que aquel año no fue el más espectacular desde el punto de vista ofensivo, lo que en principio tendría cierto sentido.
Además, si hablamos en los término absolutos, esta métrica descendió alrededor del 20% con respecto al año anterior.
2021/22
Y ahora viene lo bueno, el 2021-22. Durante esa campaña se produce un surge en el valor de xG, mayor del 66% con respecto a la 2020-21. Y no sólo es eso, sino que alcanza su pico histórico de la serie temporal (en torno al 15% superior al pico anterior en la 2018-19). Aquí puede ser que empecemos a ver algo de luz al final del túnel.
Sin embargo, debemos recordar que existe el riesgo de que nos encontremos delante de una anomalía, y en la siguientes temporadas suframos de la temida regresión a la media. Crucemos todos nosotros los dedos para que esto no sea así, y se confirme el cambio de tendencia.
Por otra parte, a modo de muestra os dejo la tabla correspondiente al año 2022, donde podéis ver que Connor McDavid, nuestro Oiler favorito, es el líder en este apartado. No iba desencaminado Leon Draisaitl cuando dijo que, si se lo propusiera, McDavid llegaría a 60 goles sin demasiadas dificultades.
Finalmente, me despido deseándoos un feliz inicio de temporada!!!