Bernie Parent se vistió de corto para los Philadelphia Flyers en once de sus catorce temporadas como profesional tanto en la National Hockey League (NHL) como en la World Hockey Association (WHA).
En ‘La ciudad del amor fraternal’ se recuerda a Parent como uno de los mejores porteros de la historia de la franquicia. “Sólo Dios salva más que Bernie Parent”, reza un dicho entre los aficionados de los Flyers. Todavía hoy, su nombre resuena en las paredes del Wells Fargo Center cuando asiste a los partidos. El natural de Rosemont, un suburbio de Montreal, también defendió los colores de los Boston Bruins y los Toronto Maple Leafs durante su laureada carrera.
Parent derribó la puerta de la NHL con apenas 20 años, en 1965, como parte de la plantilla de los Bruins. En su debut como profesional, el guardameta canadiense apuntó maneras y desechó 42 del total de 44 disparos a puerta que recibió. Tras dos cursos, 57 encuentros y un porcentaje de parada de .896, Philadelphia seleccionó a Parent en el draft de expansión de 1967. En su primera etapa en ‘Philly’, el cancerbero acudió en dos ocasiones al partido del All-Star. ‘Bernie’ avaló sus dos campañas de estrella con 58 y 62 duelos disputados y porcentajes de parada de .925 y .921, respectivamente. No obstante, su primera parada en Filadelfia terminó con un traspaso a los Leafs en 1971.
Jacques Plante, los Maple Leafs y la WHA
Todo niño hincha de los Montreal Canadiens en la década de los 50 y parte de los 60 creció con Jacques Plante como ídolo. Bernie Parent, cuyo caso no fue diferente, tuvo la oportunidad de compartir equipo con su referente y dividirse el tiempo en la red con la leyenda del deporte, que paraba sus últimos tiros en Toronto. El futuro miembro del Salón de la Fama hizo las veces también de mentor y profesor. Parent trasladó más tarde aquellas lecciones de nuevo a los Flyers, con los que consiguió dos Stanley Cups. De vuelta en los Leafs, el portero canadiense disputó 65 duelos entre 1970 y 1972. En su segundo ejercicio, Parent brilló con 17 victorias y tres porterías a cero.
En ese momento, el dinero llamó a la puerta del guardameta de Montreal, que se unió a la recién creada WHA cuando Toronto se negó a aumentar su salario anual. Parent se convirtió así en el primer jugador de la NHL en marcharse a la nueva liga. El cancerbero firmó un cuantioso contrato de cinco años y $700.000 con los Miami Screaming Eagles para la temporada 1972-73. No obstante, la franquicia se vio obligada a cerrar por no encontrar un pabellón y Parent terminó en Filadelfia, concretamente en los Philadelphia Blazers. Durante su única campaña en el equipo, ganó 33 de 63 partidos y maravilló a unos aficionados que sabían de sus capacidades.
La vuelta a casa y el legado imborrable
Tras probar las aguas de la novedosa WHA, Bernie Parent buscó un regreso a la NHL, pero no a los Maple Leafs. El agente del guardameta entabló una negociación con los Flyers para cerrar un traspaso, en mayo de 1973, que oficializó la vuelta de Parent a Philadelphia. El movimiento cambió el sino de la trayectoria del portero canadiense, que comenzó su escalada hacia la inmortalidad en el hockey. En sus primeras dos campañas de nuevo en Philadelphia, Parent jugó un papel crucial en la consecución de las dos Copas. Asimismo, como guinda a dichos cursos, el cancerbero de Montreal completó su vitrina con los trofeos Conn Smythe y Vezina en ambos ejercicios.
Parent formó parte de la franquicia de los Flyers durante el resto de su carrera en la NHL. A lo largo de las siguientes cuatro temporadas, pese a sendas lesiones en el cuello y la espalda, registró números de calidad para su equipo. Sus esfuerzos ayudaron a Philadelphia a entrar en los playoffs entre 1975 y 1978. Desafortunadamente, la estrella del guardameta se apagó de forma inesperada y repentina al sufrir una grave lesión en un ojo durante un partido ante los New York Rangers en febrero de 1979, con apenas 34 años. Sin embargo, el brillo de Bernie Parent siguió lejos del hielo, como uno de los símbolos más imponentes de los Flyers.