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AHL

El rincón de la AHL: la lucha por la Calder Cup (III): Finales de división

Continuando con este análisis de lo ocurrido en las eliminatorias por la consecución de la Calder Cup, ahora les toca el turno a las cuatro finales de división disputadas.

North Division

Toronto Marlies – Rochester Americans: 0-3

Mientras que los Marlies habían impuesto su poderío ofensivo en su eliminatoria previa contra los Comets, a los que metieron 17 goles en 4 partidos, los Americans venían de una eliminatoria durísima contra los Crunch, en la que habían tenido que ganar en la prórroga en el rink de Syracuse en el quinto y definitivo partido. Se enfrentaban dos equipos muy ofensivos y la serie resultó un desastre para Toronto ya que la planteó como un duelo a ver quién metía más goles y, en ese planteamiento de juego, llevó claramente las de perder. Rochester fue una auténtica máquina ofensiva, liderada por Kulich y Rosen, dos de las sensaciones de la temporada, unos delanteros a quienes, como se dice hoy en día, “se les caen los goles”.

Los partidos disputados fueron los siguientes:

  • Jueves, 11 de mayo: Toronto – Rochester: 3-4.
  • Sábado, 13 de mayo: Toronto – Rochester: 4-7.
  • Miércoles, 17 de mayo: Rochester – Toronto: 8-4.

Como podemos ver, fueron nada menos que 19 goles en 3 partidos. Con estos registros de goles encajados quedaba muy claro que los Marlies tenían que decir adiós al sueño de lograr la Calder Cup. Veamos cómo se repartió la tarta goleadora en este festival de hockey ofensivo:

  • Marlies: 4 goles (Holmberg), 2 goles (Abruzzese), 1 gol (Blandisi, Clifford, Ellis, Steeves y Niemelä).
  • Americans: 3 goles (Kulich y Rosen), 2 goles (Olischefski, Murray y Rousek), 1 gol (Davies, Malone, Cecconi, Mersch, Warren, Prow y Bartkowski).

En una serie que pareció el duelo en OK Corral, el número de SOG fue elevado: 99-87 para los Marlies. Ya en la eliminatoria anterior contra los Comets, los Marlies habían presentado cierta inestabilidad en la portería. Ahora, esta deficiencia se observó con mayor claridad. Por su parte, los Amerks seguían con Malcolm Subban como uno de los pilares del equipo, y su actuación fue correcta, a pesar de los 11 goles encajados. Así fueron las prestaciones de los goalies de ambas escuadras:

  • Marlies: Källgren (31/39, 79’49%), Petruzzelli (9/11, 81’82%) y Woll (28/35, 80%).
  • Americans: Subban (88/99, 88’89%).

No fue una serie violenta, ni mucho menos, y se reflejó en los minutos en el penalty box de ambos equipos: Marlies (26 minutos) y Americans (28 minutos).

Los dos primeros partidos se jugaron en el Coca-Cola Coliseum, uno de los pabellones más bonitos de la AHL, sin embargo el nivel de asistencia media de espectadores no fue el esperado en una gran urbe como es Toronto (5.112 espectadores). Todo lo contrario sucedió en el Blue Cross Arena, uno de los pabellones más calientes y apasionados de la AHL, que presentó un ambientazo en el tercer y último partido (10.662 espectadores). La diferencia es abismal y resulta preocupante para la organización de los Marlies.

Isak Rosen

De este equipo de los Amerks hemos de decir que se trata de uno de los conjuntos con mayor calidad individual de la competición. Sin embargo, en la final de la Conferencia Este se iban a encontrar con un hueso: los Bears de Hershey.

Atlantic Division

Hershey Bears – Hartford Wolf Pack: 3-0

Los Bears, uno de los equipos más sólidos de la AHL, recibían al equipo revelación de los playoffs, unos Wolf Pack que se habían cargado en la eliminatoria anterior a los Bruins de Providence, un equipo que precisamente había mantenido un bonito duelo con los Bears por el primer puesto de la división durante toda la temporada regular. Los de Hartford presentaron una gran batalla en una serie que fue muy competida y que quizá mereció alargarse un poco más.

Los partidos disputados fueron los siguientes:

  • Jueves, 11 de mayo: Hershey – Hartford: 3-2 (OT).
  • Sábado, 13 de mayo: Hershey – Hartford: 4-2.
  • Miércoles, 17 de mayo: Hartford – Hershey: 1-3.

Como podemos comprobar, no se trató de una serie con muchos goles, que se repartieron del siguiente modo:

  • Bears: 1 gol (Day, McMichael, Borgström, Morelli, Malenstyn, Vecchione, Lapierre, Iorio, Johansen y Pilon).
  • Wolf Pack: 1 gol (Pajuniemi, Brodzinski, Cuylle, Clendening y Elson).

En cuando a los tiros a portería, el balance global fue de 81-88 favorable a los Wolf Pack. Aquí hay que destacar que en el tercer partido a los Bears les bastó con disparar 16 veces a portería para ganar, frente a los 34 disparos de los Wolf Pack. Uno de los factores decisivos a favor de los Bears en estas eliminatorias está siendo el portero Hunter Shepard. Por su parte, los Wolf Pack comenzaron la serie con Dylan Garand pero la acabaron con Louis Domingue. Los números de unos y otros fueron los siguientes:

  • Bears: Shepard (83/88, 94’32%).
  • Wolf Pack: Garand (58/65, 89’23%) y Domingue (13/16, 81’25%).

En cuanto a los minutos pasados en el penalty box por unos y otros, hay que destacar que no se cometieron excesivas indisciplinas y que el comportamiento fue bastante deportivo. Los registros de minutos de penalización fueron los siguientes: Bears (26 minutos) y Wolf Pack (15 minutos).

Quizá por ser la franquicia más antigua de la AHL y por ello ser una de las que más profunda implantación social tiene, la casa de los Bears, el Giant Center, es uno de los pabellones más temidos por los equipos visitantes. Y en esta final de división, la gente de la chocolate town no decepcionó, acudiendo masivamente (sin llegar al lleno) y ofreciendo un ambiente ideal para el hockey sobre hielo: 8.387 espectadores de promedio en los dos partidos jugados en Hershey. En el único partido disputado en el XL Center se congregaron 4.596 espectadores.

Bears celebrando un gol

Los Bears se plantaban así en la final de la Conferencia Este, en la que se medirían a los peligrosos Rochester Americans. Dos tipos de hockey distintos: la ofensividad de los Amerks frente al saber estar y la competitividad de los Bears.

Central Division

Texas Stars – Milwaukee Admirals: 2-3

Nos trasladamos al Oeste y nos encontramos con esta final, que prometía espectáculo y a fe que lo dio. Por un lado, los Stars de Texas, uno de los equipos más eléctricos de la AHL y que en la ronda anterior habían liquidado a los IceHogs en tres partidos metiéndoles 13 goles en total. Por otro lado, los Admirals de Milwaukee, que venían de disputar una serie tremenda contra los Moose de Manitoba que llegó al quinto partido. El primer periodo del definitivo quinto partido  de esta final tardará mucho en olvidarse para los Stars ya que encajaron un 0-4 que dejó el choque y la eliminatoria prácticamente sentenciados.

Los partidos disputados fueron los siguientes:

  • Viernes, 12 de mayo: Milwaukee – Texas: 2-1.
  • Sábado, 13 de mayo: Milwaukee – Texas: 3-5.
  • Miércoles, 17 de mayo: Texas – Milwaukee: 3-4.
  • Viernes, 19 de mayo: Texas – Milwaukee: 4-3 (2 OT).
  • Domingo, 21 de mayo: Texas – Milwaukee: 2-5.

Fue una serie larga y con muchos goles, que se repartieron del siguiente modo:

  • Stars: 3 goles (Petrovic), 2 goles (McKenzie, Gardner, Back y Caamano), 1 gol (Bourque, Gleason, Barteaux y Damiani).
  • Admirals: 4 goles (Kemell), 2 goles (Evangelista, Del Gaizo, McKeown, Ratcliffe y Afanasyev), 1 gol (McCarron, Rueschhoff y Wilsby).

El balance de SOG mostró una clara superioridad de los Admirals por 146-169, destacando los 16 disparos de diferencia del segundo partido (21-37). Los Stars confiaron en Murray, que fue el portero de la serie excepto en el quinto partido en el que fue sustituido por Poirier tras el desastroso primer periodo, en el que encajó 4 goles de un total de 14 disparos a portería. Los Admirals confiaron ciegamente en su goalie titular, Askarov, que rayó a gran nivel durante toda la serie. Los registros de unos y otros fueron los siguientes:

  • Stars: Murray (142/158, 89’87%) y Poirier (10/10, 100%).
  • Admirals: Askarov (131/145, 90’34%).

En el apartado de indisciplinas y de minutos de penalización transcurridos en el penalty box, hay que subrayar los diez minutos por conducta antideportiva que le cayeron al center Mark Jankowski, de los Admirals, en el segundo partido. El tiempo en el penalty box se distribuyó del siguiente modo: Stars (36 minutos) y Admirals (38 minutos). Como podemos comprobar, y teniendo en cuenta que fue una serie a cinco partidos y que en el cuarto hubo dos prórrogas, no se trató de una serie violenta, ni mucho menos.

La afluencia de público en ambos pabellones presentó números discretos en el caso de Milwaukee, con un promedio de 4.472 espectadores en el UW-Milwaukee Panther Arena (donde caben 10.800 espectadores) y bastante buenos en Cedar Park, con una media de 6.010 espectadores en el H-E-B Center at Cedar Park (donde caben 6.778 espectadores en los partidos de hockey).

Luke Evangelista, jugadorazo.

De este modo, los Admirals se plantaban en la final del Oeste, en la que se acabarían midiendo al equipo vencedor de la eliminatoria estrella de todos los playoffs, la final del Pacífico entre los dos titanes: los Wranglers y los Firebirds.

Pacific Division

Calgary Wranglers – Coachella Valley Firebirds: 2-3

La madre de todas las eliminatorias de estos playoffs por la Calder Cup. En opinión de quien esto escribe, la auténtica final de la AHL. Una serie para la videoteca, sin duda alguna. No sabremos nunca qué hubiera pasado si la serie hubiese sido al mejor de siete partidos en vez de cinco. Se enfrentaban dos equipos que habían dominado la Pacific Division con mano de hierro, logrando ambos más de 100 puntos (106 Calgary, 103 Coachella Valley).

En el caso de Calgary, además, acaparando gran parte de los premios otorgados por la AHL, entre ellos el de mejor equipo de la fase regular, el de mejor entrenador (Mitch Love, por segunda temporada consecutiva) y el del mejor jugador de la fase regular (el portero Dustin Wolf). He de reconocer que desconozco el porqué se jugaron tres partidos en Palm Desert en vez de Calgary, ya que los Wranglers acabaron primeros de división. Así pues, los encuentros disputados fueron los siguientes:

  • Jueves, 11 de mayo: Calgary – Coachella Valley: 3-6.
  • Viernes, 12 de mayo: Calgary – Coachella Valley: 3-2.
  • Lunes, 15 de mayo: Coachella Valley – Calgary: 3-2 (3 OT).
  • Miércoles, 17 de mayo: Coachella Valley – Calgary: 0-1.
  • Viernes, 19 de mayo: Coachella Valley – Calgary: 6-5 (OT).

El primer partido de la serie resultó de una gran importancia psicológica, no tanto por el hecho de que los Firebirds lograsen ganar en el rink de los Wranglers sino por la forma en que se desarrolló el partido. Tras el quinto gol de los Firebirds, logrado por Carsen Twarynski en el minuto 28:24, el gran Dustin Wolf fue sustituido por Oscar Dansk tras haber encajado 5 goles de 21 SOG. Que eso le suceda al mejor portero de la fase regular y MVP de la temporada, jugando en casa y en el primer partido de la final de división, tiene que dejar huella tanto en el jugador como en el equipo.

No fue una serie excesivamente goleadora. Los goles se distribuyeron de la siguiente manera:

  • Wranglers: 3 goles (Pelletier), 2 goles (Klapka y Schwindt), 1 gol (Hunt, Zary, Sutter, Rubins, Bishop, DeSimone y Poirier).
  • Firebirds: 3 goles (McKenna, Lind y Olofsson), 2 goles (McCormick), 1 gol (Henman, Twarynski, Evans, Froden, Petman y Poturalski).

El balance de SOG fue 189-181 favorable a Calgary. El duelo de porteros, que prometía ser de primer nivel, se quedó en una exhibición de Joey Daccord, un auténtico ídolo entre la afición de los Firebirds. En el tercer partido de la serie, el de las tres prórrogas, Daccord paró 60 disparos de un total de 62, cifras estratosféricas. La actuación de Wolf, si prescindimos del primer encuentro, fue buena pero palideció ante la magistral actuación de Daccord. Los registros de los porteros fueron los siguientes:

  • Wranglers: Wolf (157/173, 90’75%) y Dansk (7/8, 87’5%).
  • Firebirds: Daccord (175/189, 92,59%).

A pesar de la gran rivalidad entre ambas escuadras, la serie, en el apartado disciplinario, transcurrió con normalidad, sin violencias excesivas. Los minutos en el penalty box se distribuyeron así: Wranglers (46 minutos) y Firebirds (38 minutos).

La asistencia media de público al Scotiabank Saddledome de Calgary fue de 5.668 espectadores, una cifra ridícula si tenemos en cuenta que la capacidad de ese pabellón es de 19.289 para los partidos de hockey. Ciertamente, en la ciudad de Calgary ya están los Flames de la NHL y esto puede explicar la falta de expectación pero así y todo la cifra de asistencia es muy mejorable para una gran urbe como Calgary. Quizá sea una señal que invite a reflexionar sobre el futuro de esta franquicia afiliada en términos de la conveniencia de una reubicación en la región de Alberta.

Todo lo contrario hay que decir de la asistencia media al flamante Acrisure Arena de Palm Desert, que fue de 8.309 espectadores. Ciertamente, no se llenó en ninguno de los tres partidos pero el nivel de ocupación del pabellón se puede calificar de muy bueno y el ambiente creado por los apasionados aficionados californianos de eléctrico.

Joey Daccord

De este modo, los Firebirds se plantaban en la final del Oeste, con la vitola de favoritos ante los Admirals de Milwaukee. Pero todo lo relativo a las finales de Conferencia es otra historia de la que hablaremos en el próximo artículo.

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