Los Chicago Blackhawks empezaron como una franquicia de las seis originales en la temporada 1927/28 y ganaron su primera de seis Stanley Cups en la 1933/34. La histórica franquicia ha tenido sus altos y sus bajos a lo largo de sus 95 años en la liga. Sin embargo, la temporada 2009/10 de los Blackhawks es, de lejos, la mejor de siempre para el equipo y sus aficionados.
Chicago fue una franquicia al alza durante las temporadas previas a la 2009/10. El equipo seleccionó a su capitán, Jonathan Toews, tercero absoluto en el Draft de la NHL de 2006. El año siguiente, ganaron la lotería y se aseguraron la primera elección, con la que eligieron a Patrick Kane. Ambos se incorporaron al equipo en la temporada 2007/08 y se convirtieron en dos de los jugadores más reconocibles de la liga.
Después de perder la final de la conferencia oeste en la 2008/09, los Blackhawks estaban listos para dar el siguiente paso. Solamente necesitaban unas pocas piezas para mejorar su plantilla al siguiente nivel. Dalen Tallon, director general, se anotó un tanto por la escuadra y firmó a Marian Hossa el 1 de julio de 2009. Su contrato de 12 años y $63 millones fue una gran inversión en uno de los mejores jugadores polivalentes de la historia.
La temporada 2009/10 de los Blackhawks fue una historia de éxito constante a lo largo del año. Registraron múltiples rachas de victorias largas durante la campaña, incluida una de ocho partidos en noviembre que impulsó al equipo al mejor récord de la NHL con 52-22-8 y 112 puntos. Chicago terminó tercero en anotación con 271 goles y quinto en menor número de tantos encajados con 209. Su diferencia positiva de 62 goles fue la segunda mayor, únicamente por detrás del +85 de los Washington Capitals.
La imparable máquina de Chicago en los playoffs comenzó en la primera ronda ante los Nashville Predators, terceros en la división central. Ambos conjuntos intercambiaron golpes en los cuatro primeros partidos y con la serie empatada a dos, los Blackhawks contaban con la ventaja de campo para el resto de la serie.
En el quinto encuentro, los nervios se apoderaron del United Center cuando los locales desperdiciaron una ventaja de tres tantos a uno y necesitaban un tanto en inferioridad numérica para empatar el partido. Sin portero, Kane anotó el gol de la igualada con 14 segundos restantes y los cimientos del pabellón temblaron. Cuando empezó la prórroga, Hossa aún debía cumplir 3:57 de sanción por una major señalada en el tercer periodo. Lo que ocurrió a continuación cambió el destino de la franquicia para siempre. Hossa salió del área de castigo y se unió al contraataque para recibir el puck y superar a un sorprendido Pekka Rinne.
Chicago aguantó la ventaja en el sexto partido para eliminar a los Predators, desmoralizados por el resultado del quinto choque. Los Vancouver Canucks esperaban en la segunda ronda. Blackhawks y Canucks llegaban envueltos en una rivalidad feroz a raíz de varios encuentros calientes en temporadas anteriores, incluida una famosa tangana entre las líneas de los equipos en marzo del año anterior. Además, Vancouver buscaba su revancha, ya que había perdido ante Chicago en las eliminatorias de la anterior campaña.
Los Canucks tomaron la ventaja por dos partidos a uno, pero tras una decisiva victoria en la prórroga en el cuarto partido en Vancouver, los Blackhawks procedieron a ganar el quinto y sexto encuentro para eliminar a los canadienses.
La final de la conferencia oeste presentó un clásico entre los dos equipos con los mejores registros de la NHL. El primer partido comenzó de manera frenética y los Blackhawks tuvieron que matar tres faltas en el primer periodo. Sin embargo, la buena actuación bajo palos de Antti Niemi y los goles de Patrick Sharp y Dustin Byfuglien dieron el triunfo a Chicago.
El partido inaugural de la serie encendió a los Blackhawks, que aplastaron a los San Jose Sharks en el segundo y sobrevivieron en la prórroga del tercero en casa para preparar el barrido. Chicago le dio emoción con un marcador en contra de dos a cero, pero anotaron cuatro goles consecutivos para celebrar su vuelta a la final de la Copa por primera vez desde la 1991-92.
Chicago llegó a la última parada, donde le esperaban los Philadelphia Flyers.Ambos conjuntos habían perdido en sus últimas cinco apariciones en la final de la Stanley Cup. Esa temporada, no obstante, Chicago era el mejor equipo, con 112 puntos por los 88 de su rival.
Los equipos hicieron servir su condición de locales durante los primeros cuatro encuentros de la serie. El quinto, en el United Center, sacó a relucir la ofensiva de los locales, que vencieron por siete tantos a cuatro.
Los Blackhawks viajaron a Filadelfia en busca de su primera Stanley Cup en 49 años. El sexto partido fue un intercambio de golpes a base de goles de ambas escuadras. En la prórroga, Kane cimentó su legado y anotó el tiro contra Michael Leighton, ex cancerbero de Chicago. Cuando disparó, nadie en el pabellón se dio cuenta de que había marcado excepto él, incluso los locutores presentes en el Wachovia Center narraron el supuesto error mientras Kane comenzaba su solitaria celebración. Después de varios segundos, los árbitros confirmaron que el extremo derecho había anotado el gol que le otorgaba la Copa a los Blackhawks.
La temporada 2009/10 de los Chicago Blackhawks llevó la tan esperada Stanley Cup a la Windy City. La victoria sacó a la franquicia de la irrelevancia en una ciudad hambrienta de campeones. Los nuevos aficionados que empezaron a seguir al equipo con las selecciones de Toews y Kane se unieron a los seguidores recalcitrantes. Estos últimos habían sufrido con el equipo a través de la conocida como Dead Puck Era o era del puck muerto.
Las televisiones locales apenas cubrían el equipo y solamente unos pocos mantenían vivo al equipo en las secciones deportivas de los periódicos, donde, aún así, uno debía hojearlas hasta el final para encontrar los textos del equipo de hockey de la ciudad. El triunfo en 2010 fue la recompensa definitiva para esos aficionados que esperaron pacientemente el regreso de la Copa de Lord Stanley a Chicago.