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Historia

El guardián de Nueva Jersey: Martin Brodeur o el portero que siempre iba un paso por delante

Martin Brodeur. Getty Images

En la temporada 1993-94, Martin Brodeur se convirtió en el primer jugador en la historia de los New Jersey Devils en ganar el trofeo Calder, que reconoce al mejor rookie de la liga en una campaña. Nada más lejos de la realidad, al cancerbero no se le recuerda por su virginidad durante aquel año, sino más bien por el aura de confianza que desprendía entre los palos. En aquel equipo de los Devils, el primero en eclipsar los 100 puntos en un curso, Brodeur anotó un porcentaje de parada de .915 y un promedio de 2,40 goles encajados por partido.

New Jersey armó un conjunto sólido en todos los aspectos del juego; sumó buenos números en ataque y utilizó el sistema para su beneficio. Las paradas de ‘Marty’ fueron vitales en un equipo que terminó el ejercicio con una diferencia de goles positiva de 86. Brodeur, mezclado a sus 21 años con veteranos como Scott Stevens o John MacLean, llegó hasta el Game 7 de las finales de la Conferencia Este. Por el camino, en los playoffs, el portero canadiense registró 49 paradas en un partido ante los Buffalo Sabres y cerró su primera portería a cero ante los Boston Bruins.

Un modelo de regularidad

Pese a la dureza de la derrota, esta no supuso un impacto negativo profundo en Martin Brodeur, que pasó página rápidamente a la próxima temporada. El guardameta poseía todos los atributos para llegar lejos y mantuvo su compostura imperturbable bajo los postes. Para una franquicia en crecimiento exponencial, Brodeur era el hombre correcto en el momento correcto y con la mentalidad correcta. Así, en la campaña 1994-95, el portero de Montreal ayudó a su club a registrar diez triunfos en la postemporada camino a su primer título de la Stanley Cup. Durante aquellos playoffs, ‘Marty’ lideró al resto de metas en victorias (16), shutouts (3), minutos jugados (1222), porcentaje de parada (.927) y media de goles encajados (1,67).

Martin Brodeur controla el puck contra los Pittsburgh Penguins en un partido en diciembre de 2009. Getty Images

Brodeur no sólo formó parte de New Jersey durante 21 campañas, sino que fue una constante entre los palos noche tras noche. A lo largo de su etapa con los Devils, el guardameta lideró a sus colegas de posición en encuentros disputados seis veces; en triunfos nueve ocasiones; en porterías a cero cinco veces y en minutos jugados siete ocasiones. “Marty era regular y nunca dejaba que nada se fuera de control. Su consistencia nos dio la oportunidad de ganar y destacó en la demarcación más importante”, señaló Ken Daneyko años más tarde.

Desde su posición más retrasado, Brodeur hizo las veces de ‘tercer defensa’ y se sumó a ese buen hacer mediante un manejo del puck que frustraba a los rivales

Contrariamente a la creencia popular, aquellos conjuntos de New Jersey sabían cómo marcar goles, y lo hacían a gran nivel. El club terminó primero en tantos en la 1999-00, mientras que en los cursos 1998-99 y 1993-94 finalizaron segundos. Desde su posición más retrasado, Brodeur hizo las veces de ‘tercer defensa’ y se sumó a ese buen hacer mediante un manejo del puck que frustraba a los rivales. El cancerbero de Quebec veía asimismo su nombre en las listas de anotadores casi cada temporada y cerró su trayectoria profesional con dos goles y 45 asistencias a su nombre.

Un paso por delante

Además de revolucionar la labor de portero en el juego con el puck, Martin Brodeur utilizó una postura propia diferente a la tradicional de pie o a la moderna de ‘mariposa’. El meta canadiense era decisivo cuando tocaba y mantenía la duda en los oponentes. Durante el ejercicio 2002-03, Brodeur secó a sus rivales con un total de siete porterías cero. De entre todas sus características, destacaba su capacidad de realizar grandes paradas cuando su equipo lo necesitaba en el marcador, tocado por una varita mágica, para impulsar un cambio positivo de ánimo en sus compañeros.

Brodeur saluda al público mientras sale del hielo en un partido contra los Boston Bruins en abril de 2014. Getty Images

De sus primeros días a su retirada en enero de 2015, el guardameta paseaba su clase por el hielo y representó a la perfección la franquicia de los Devils, incluso desde detrás de su máscara, siempre pintada de rojo y negro. Un jugador con una personalidad única, que le llevó a dejar huella tanto en la portería como fuera de ella. Martin Brodeur, miembro del Salón de la Fama del hockey, rellena todas las cualidades para elevarse a la categoría de leyenda. Talento, calidad, humildad y trabajo duro. Todas ellas comprobadas por el mejor algodón posible, el reconocimiento de aquellos con quien compartió los momentos de su carrera.

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