Es la pieza más importante del mundo del hockey sobre hielo, la que todos quiere controlar, asegurar, manejar y llevarla hasta el fondo de la red, todos menos los porteros que cuanto más lejos esté de su zona, mejor. Hablamos sin duda del Puck o disco, esa “pelota” que puede viajar a muchos kilómetros por hora del cual, os vamos a contar su historia.
Cuenta una leyenda que los primeros discos para jugar al hockey sobre hielo eran de estiércol de vaca congelados que se unían en dos partes, pero no hay rastro ni evidencia de ello al 100% como tampoco la hay de que unos estudiantes de la Universidad de Boston en 1875 partieran una pelota de goma en dos para crear un disco o que la propietaria de una de las primeras pistas de hockey cubiertas en Canadá, Victoria Rink también tuviera la idea de cortar una pelota de goma por la mitad.
De lo que sí se está al 90% de acuerdo es que William F. Robertson en 1877 creó el primer disco de hockey sobre hielo con el supuesto mismo método que hemos mencionado. Al hockey sobre hielo se empezó jugando con pelotas de gomas las cuales eran difíciles de controlar y rebotaban con mucha facilidad y salían despedidas cada dos por tres hacia el público, de ahí la idea de crear algo que se pudiera deslizar con facilidad y no saliera despedido cada poco tiempo a las gradas.
Desde el inicio del hockey sobre hielo, las normas respecto al juego, materiales y demás han ido cambiando y el puck no fue menos, llegando a su regularización en 1990. A partir de ese año, todos los discos deben seguir unas mismas bases desde que se crean hasta que son puestos en una pista de hielo.
Muchos años antes, en 1940, lo que sí se estandarizó fueron sus dimensiones y peso y de ello se encargó el ex jugador y entrenador de hockey Arthur Howey Ross. Desde esa fecha, el disco pasó a tener unas dimensiones de 1 pulgada (25,4 mm) de espesor, un Diámetro de 3 pulgadas (76,2 mm) y un peso de entre 5,5 y 6 onzas (155 a 170 gramos).
La fabricación de los discos para ser usados en la NHL solo está permitido en unos pocos países: China, Canadá, República Checa, Rusia, EEUU y Eslovaquia. Dichos pucks de caucho vulcanizado deben ser guardados en congeladores a una temperatura de unos 14 °F (-10 °C) antes y durante los partidos de Hockey. Los discos se van cambiando cada x tiempo para lograr la temperatura ideal durante los minutos que estén en el hielo.
Estos pueden alcanzar velocidades de vértigo y aunque hay discrepancias de la mayor velocidad alcanzada en un golpeo a un disco por parte de un jugador, lo que sí está claro es que pueden pasar con facilidad de las 100 millas por hora ( unos 160 km/h). Normal que Jacques Plante se opusiera a seguir jugando sin máscara para defender su portería.
Objetos de colección
Uno de los aspectos más destacados en la actualidad es su vertiente coleccionable, los pucks se han vuelto (desde hace décadas) unos objetos de merchandising muy apetecibles. De un tamaño fácil de guardar en casa y con todo tipo de logos estampados en su ‘cara’, los fans no han dudado en hacerse con ellos y crear auténticas colecciones.