Los Avalanche cumplen 28 años en Colorado este curso. En las cerca de tres décadas desde su mudanza, la franquicia ha conquistado tres Stanley Cups y ha impulsado las carreras de otros tantos actuales miembros del Salón de la Fama. Sin embargo, además de Joe Sakic, Peter Forsberg y Patrick Roy, el historial de jugadores que han pasado por el club incluye una estrella fugaz, a menudo olvidada. Milan Hejduk fue el primer ídolo innato de Colorado, que no era un vestigio de los Quebec Nordiques, la anterior identidad del equipo.
Hejduk, uno de los anotadores más certeros e importantes en la trayectoria del conjunto, también es probablemente el jugador más infravalorado durante este más de cuarto de siglo, pese a haber disputado un total de 14 temporadas. Su silenciosa influencia no ha quedado sin reconocimiento, no obstante, y su dorsal 23 es uno de los seis retirados por la franquicia. De los seis números, sólo dos jugaron siempre en los Avalanche, él y Sakic. Asimismo, tras la retirada de Adam Foote en 2011, el patinador checo asumió la tercera capitanía de la historia de Colorado.
Un inicio con buen pie
Los Nordiques seleccionaron a Milan Hejduk en la cuarta ronda del Draft de la NHL de 1994, pero esa sería su única conexión con el equipo canadiense. El extremo derecho debutó como profesional con los Avalanche en 1998, entre las consecuciones de las dos primeras Copas de la franquicia en los años 90. Hejduk pasó desapercibido desde el primer momento, pues terminó tercero en la votación para el trofeo Calder pese a encabezar la lista de rookies en anotación, con 48 puntos, y en asistencias, con 34.
Después de establecerse entre los profesionales en su segunda campaña, Hejduk probó pronto las mieles del éxito con el triunfo de Colorado en la Stanley Cup durante su tercer curso en la liga. El delantero checoslovaco marcó 41 goles y registró 79 puntos. Además, fue decisivo en los playoffs con 16 asistencias, plusmarca de la NHL en aquellas eliminatorias. Esa temporada 2000-01 sería una de las mejores de su trayectoria deportiva, pues Hejduk apareció en el segundo de tres partidos del All-Star consecutivos, se curtió en los playoffs y se ganó a la parroquia de Denver.
Sello propio
Varias lesiones afectaron al extremo derecho la siguiente temporada, aunque anotó 21 goles pese a perderse 20 encuentros. No obstante, Hejduk se fortaleció durante el verano para firmar la mejor campaña de su carrera en la 2002-03. El checos lideró la competición regular con 50 tantos y ganó el trofeo Maurice ‘Rocket’ Richard con un total de 98 puntos. Con todo y eso, volvió a pasar desapercibido. Hejduk fue el único patinador en superar la marca de la media centena de goles, pero eso sólo le valió para quedar duodécimo en la lista del trofeo Hart, que premia al jugador más valioso de la temporada.
Las quejas no entraban en el vocabulario del delantero. El educado Hejduk dejaba que su juego hablara por él, y siempre le daba la razón. El natural de Usti nad Labem está entre los cinco mejores jugadores del equipo en goles, asistencias, puntos y tantos en superioridad numérica. Pudo ser eclipsado por las superestrellas con las que compartía vestuario, pero su carrera se sostiene por sí sola.
Su contrato venció con los Avalanche y el club decidió pasar página. El extremo expresó interés en jugar por otro equipo, pero decidió colgar los patines como miembro de por vida de Colorado. La franquicia retiró su dorsal, el sexto que cuelga del techo del Ball Arena, el día de Reyes de 2018. Milan Hejduk no está entre los diez jugadores con más puntos en la historia de la NHL como Sakic, ni tiene su cara en un sello en su país como Forsberg ni está en el Salón de la Fama como ambos, pero merece su sitio en el paseo de las estrellas del hockey en Colorado.