No es fácil llegar a la élite y es mucho más complicado mantenerse y salir indemne. Esta es la historia de alguien que llegó a la élite y supo mantenerse… pero no pudo salir sin daños. Hablamos de Bobby Ryan, número 2 del draft de 2005. Y la suya es una de las tantas historias del deporte de élite devorando a una promesa, cuando no estrella, del deporte.
Ryan había prometido mucho en la OHL de la mano de los Owen Sound Attack y por eso fue seleccionado como número 2 del draft por los Anaheim Ducks. Ese año el número 1 del draft fue un tal Sydney Crosby. Y en esa elección encontramos a gente como Carey Price o Marc Staal. A pesar de su elección en el draft primero vivió un par de temporadas más en los Owen Sound Attack y en la 06-07 llegaría a disputar los últimos ocho partidos de la AHL con los Portland Pirates.
Al curso siguiente, en la 07-08 llegaría su debut con los Ducks jugando 23 partidos y sumando 10 puntos aunque durante la temporada tuvo que ser cedido a los Portland Pirates y solamente regresó a los Ducks para suplir al lesionado Corey Perry. En la 08-09 fue enviado a los Iowa Chops debido a las limitaciones de salario que tenían los Ducks, a pesar de ello fue recuperado por los de Anaheim durante la temporada y finalizó con 57 puntos en 64 partidos.
Para la temporada 09-10, Ryan ya estaba integrado de forma habitual en el roster de los Ducks y vivió una gran temporada con 81 partidos en los que anotó 35 goles y repartió 29 asistencias. Números que superó con creces en la 10-11 cuando disputó 82 partidos y fue capaz de lograr 34 goles y 37 asistencias. En la 11-12 mantuvo el ritmo de partidos con 82 pero su aportación cayó drásticamente y apenas pudo lograr 57 puntos.
Y en la 12-13 apenas jugó 46 partidos y logró 30 puntos, aunque uno de esos puntos fue un gol que logró ante los Minnesota Wild con el stick de Mikko Koivu, quién previamente le había robado su stick. Ese mismo año acabaría jugando unos partidos con el Mora de la SHL de Suecia. Con 13 puntos en 11 encuentros dejó patente su calidad en suelo europeo.
De vuelta a la NHL en Julio de 2013 fue fichado por los Ottawa Senators y aunque a nivel de puntos estuvo lejos de sus mejores registros, con los canadienses volvió a ofrecer muestras de su enorme calidad. En su primer curso disputó 70 partidos y logró 23 goles y 25 asistencias antes de perderse el resto de la temporada al tener que ser operado de una hernia que le había causado problemas desde diciembre de ese mismo año. En la temporada 14-15 logró 54 puntos en 78 partidos y para la 15-16 se fue hasta los 56 puntos en 81 partidos. En esos momentos estaba en la cúspide de su carrera e incluso había formado parte del partido del All-Star de 2015.
A partir de ese punto las cosas se pusieron difíciles para el bueno de Ryan. En la 16-17 apenas participó en 62 partidos logrando 13 goles y 12 asistencias. Mismo número de partidos que en la 17-18, aunque en esta campaña se fue hasta los 33 puntos gracias a 11 goles y 22 asistencias. Esto fue debido a las numerosas lesiones que tuvo que superar. Si bien, siguió demostrando su calidad e incluso en las eliminatorias de 2017 consiguió 4 goles en 6 partidos en la primera ronda de playoffs ante los Boston Bruins, siendo pieza clave para que los canadienses avanzaran a la segunda ronda.
En esos playoffs acabaría sumando 6 goles y 9 asistencias y su equipo caería en las Finales de Conferencia ante los Pittsburgh Penguins en el séptimo partido. En la 18-19 volvió a disputar un notable número de partidos, 78 en los que firmaría 15 goles y 27 asistencias. Fue su última buena temporada.
En la temporada 19-20 apenas disputó 24 partidos y logró 8 puntos gracias a 5 goles y 3 asistencias. Ese año fue puesto en el Programa de Asistencia al Jugador de la NHL debido a problemas con el alcohol. Ese mismo año consiguió ganar el Memorial Bill Masterton que la NHL otorga a quien mejor ejemplifica la dedicación y perseverancia por el hockey. En Septiembre de 2020 fue puesto en waivers antes de ser agente libre. Poco después se incorporó a los Detroit Red Wings para la temporada 20-21. Con el cuadro de Detroit disputó 33 partidos y logró 14 puntos repartidos en 7 goles y 7 asistencias. Fue su último servicio en la NHL hasta el día de hoy.
La carrera de Ryan parece haberse quedado parada de forma definitiva y realmente entristece que un jugador con unos números bastante buenos, que fuera número dos del draft haya acabado saliendo de la NHL por la puerta trasera y, lo que es más grave, con la mancha de haber sufrido una adicción dura, como lo es al alcohol. Y es que no es fácil llegar a la élite pero es más complicado mantenerse y salir indemne.