Pocos jugadores generan tan consenso y admiración como este guardameta sueco que se ha pasado toda su carrera deportiva en la NHL en New York. Un señor de las porterías que tras anunciar que dejaba a los Rangers por los Capitals se vio obligado a retirarse de las pistas por un problema médico, mientras veía cómo el equipo de su vida perdía la final de conferencia pero se olvidaban rápido de él ya que su sustituto ruso (Shesterkin) brillaba y ganaba el trofeo Vezina al mejor portero de la fase regular.
Henrik Lundqvist, nacido en Are, Suecia, el 2 de marzo de 1982, fue drafteado por New York Rangers en 2000 en el puesto 205 (7ª ronda), la misma posición que nuestro primer protagonista, Joe Pavelski. Siguió jugando en Frolunda cuatro temporadas con las que ganó dos ligas suecas hasta que la temporada 2005-06 dio el salto a la NHL, jugando 54 partidos con un 92,2% de porcentaje de paradas y 3 partidos en los playoff con un 83,5%.
Lundqvist, uno de los mejores porteros de la última década y de la historia de los NY Rangers
Ganó el Vezina Trophy al mejor portero de la fase regular en la temporada 2011-12 con un 93% aquella campaña y después de haber sido finalista un par de veces anteriormente (sería finalista una tercera ocasión, posteriormente).
En 15 años bajo los palos del equipo afincado en el Madison Square Garden, logró los playoff en 12 ocasiones y nunca abandonó la selección del todo. Fue titularísimo durante casi todas las temporadas en las que jugó, con poco descanso y cuando ya llegaba al final de su carrera compartió portería con grandes porteros como Talbot, Raanta, Georgyev y finalmente Shestyorkin. Las lesiones le respetaron pese a jugar un porcentaje elevado de partidos por curso.
Cerca de la Stanley
La temporada más cerca de la copa fue la 13-14 cuando los Kings levantaron su segunda copa. Después de compartir la portería durante la temporada regular con un Cam Talbot emergente, que apenas jugaba su primera temporada completa con los neoyorquinos después de debutar el curso anterior pero compaginarlo con la AHL. En los Rangers, Vigneault había sustituido a Tortorella y contaba con jugadores como Rick Nash, Derick Brassard, Derek Stepan, Martin St. Louis en su última temporada en la máxima competición, Mats Zucarello, Chris Kreider, o un debutante en la competición, Anthony Duclair. Los Rangers necesitaron 7 partidos para batir a los Flyers en primera ronda, otros 7 partidos para ganar a los Penguins en la segunda ya la final de conferencia doblaron a los Canadienses en 6 partidos.
Pero no tuvieron suerte en la final y cayeron por 4-1 contra unos Kings que hallaron el acierto en las prórrogas, ganando 3 de los 4 partidos necesarios para levantar la copa en el tiempo añadido. Además viendo cómo los californianos remontaban ventajas neoyorquinas de 2-0 en los dos primeros partidos.
En 2015 los Rangers de Lundqvist ganaron a los Presidentes Trophy pero cayeron en la final de conferencia contra Tampa Bay. En 2017 se convirtió en el 12° portero al llegar a las 400 victorias en la NHL pero ya no tuvo más posibilidades reales de llegar a levantar la copa.
Con la selección logró la medalla de oro de los juegos olímpicos en 2006 en Torino y la medalla de plata en 2014 en Sochi. También de oro en el mundial 2017 y dos platas, 2003 y 2004.
El salto a los Capitals no se materializó debido a un problema detectado en su corazón.
En el 2022 vio cómo los Rangers le retiraban el dorsal 30 y en el 2023 entraba en el salón de la fama. Reconocimientos a una trayectoria que no terminan de hacer justicia con el máximo premio colectivo.
En “King Henry” hizo todo lo posible para levantar la copa pero no lo consiguió. Tuvo que retirarse forzosamente y será recordado en New York y en la liga por su seguridad y regularidad. Un portero sobrio con una gran intuición. Uno de los grandes de las últimas décadas que el deporte trató muy bien devolviendo su constancia y regularidad pero que no obtuvo el premio más importante como jugador. Veremos si lo intenta desde otra responsabilidad en el futuro.
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