Como casi todas las ligas del mundo en cualquier modalidad deportiva, la NHL también tiene un espacio reservado a personas con una vida que podemos calificar de controvertida. Y una de esas personas es el que fuera número 2 del draft de 1977, Barry Beck.
Beck, que fue elegido por los Colorado Rockies, fue superado en el draft por Dale McCourt, elegido por los Red Wings de Detroit y a nivel de números su carrera fue bastante buena. Sin embargo para el recuerdo quedan sus polémicas, algunas de ellas incluso recientes.
Durante sus años de juventud Beck militó en los Kamloops Chiefs de la WCHL y en los Langley Lords, y gracias a sus buenas actuaciones le llevaron a los New Westminster Bruins, donde tuvo un papel protagonista en sus tres temporadas. En la primera hizo 42 puntos, en la segunda alcanzó los 99 puntos y en la tercera hizo 62 pero ayudó a los Bruins a ganar el Memorial Cup que determinaba cual era el mejor equipo juvenil canadiense, torneo en el que fue elegido como jugador más valioso. Y no es para menos ya que a pesar de sus cifras en puntos estamos hablando de un defensa.
Sus buenas actuaciones le llevaron a ser elegido en el número 2 del draft de la NHL de 1977, aunque también fue elegido en el número 2 del draft de la WHL. El canadiense optó por la vía de la NHL y se enroló en los Colorado Rockies. En su primer año en la NHL, Beck rompió sus mejores registros goleadores y anotó 22 goles que le ayudaron a sumar un total de 60 puntos. Los 22 goles supusieron el mejor registro goleador de un defensa novato en la competición y ayudaron a los Rockies a clasificarse para los playoffs por la Stanley Cup. Ese mismo año fue segundo en el Calder.
Gran debut en el Madison Square Garden con los Rangers
Su segunda temporada en Colorado no fue tan brillante. Consiguió 14 goles y acumuló un total de 42 puntos. Además los Rockies no fueron capaces de clasificarse para disputar los playoffs. Pese a ello, Beck tenía un buen cartel y eso le abrió las puertas de los Nueva York Rangers durante la temporada 79-80. Fue una operación muy llamativa en tanto Beck había empezado la temporada con los Rockies y en 10 partidos acumulaba 1 gol y 5 asistencias. Además los Rangers ofrecieron por él a Pat Hickey, Lucien DeBlois, Mike McEwen y Dean Turner así como futuras opciones del draft. El fichaje sorprendió a propios y extraños por haberse producido durante la temporada.
Años después Beck relató que un día tras un entrenamiento con los Colorado Rockies se encontraba en su taquilla y entró Blue, el perro de Don Cherry, que en aquel momento era entrenador de los Rockies y “frotó su culo frente a mi taquilla, justo donde hacía flexiones así que le di un pequeño golpe con el bastón y el perro salió aullando al despacho de Don Cherry”, a renglón seguido “el entrenador entró en el vestuario y preguntó quién había sido y todos guardamos silencio. Al día siguiente fui traspasado a los New York Rangers”.
En su debut en el Madison Square Garden, Beck anotó un gol ante Los Ángeles Kings. Fue un gran estreno para una temporada en la que acabó con 59 puntos en 61 partidos. Esos registros así como su carisma provocaron que fuera nombrado capitán de los neoyorkinos en la 80-81. En su segunda temporada en los Rangers disputó 75 encuentros y alcanzó los 34 puntos. A partir de ahí su trayectoria deportiva comenzó a ser más irregular debido a unos problemas en el hombro que se convirtieron en persistentes en las temporadas siguientes. De esta forma en la 81-82 disputó 60 partidos y acumuló 38 puntos, en la 82-83 disputó 66 partidos y logró 34 puntos y en la 83-84 se fue a 72 partidos y 36 puntos y en la 84-85 disputó 56 partidos y sumó 26 puntos lastrado por sus problemas en el hombro.
En 1985 se operó del hombro por lo que su presencia en la 85-86 fue algo testimonial ya que apenas participó en 25 partidos en los que logró 12 puntos. En la temporada siguiente las lesiones siguieron siendo una constante en la vida de Beck y la relación con el entrenador Ranger, Ted Sator, tampoco fue la mejor.
Por eso al finalizar la temporada alegaría “diferencias filosóficas” con Sator para rescindir su contrato con los Rangers. No fue el único jugador que tuvo problemas con el entrenador ya que otros jugadores como Mark Pavelich, Reijo Ruotsalainen, Pierre Larouche y Walt Poddubny habían tenido sus diferencias con Sator.
Aunque Sator fue cesado durante el otoño de 1986 y Phil Espósito ofreció a Beck regresar al club, este rechazó la oferta ya que su intención era mantenerse alejado el hockey hasta recuperarse de su lesión. En 1987 se incorporó a los Rangers para la pretemporada, aunque en un choque amistoso ante los Winnipeg Jets volvió a recaer de su lesión y tras ser operado anunció su retirada de las pistas.
Aunque el gusanillo del hockey le siguió picando y por ello en 1989, tres años después de su último partido, regresó a las pistas. Su regreso se dio con la casaca de los Kings de Los Ángeles que en aquel momento estaban liderados por Wayne Gretzky. En su única temporada en el equipo angelino disputó 52 partidos y logró 8 puntos. Durante su etapa Los Ángeles no tuvo una regularidad en la alineación y eso también le llevó a tener sus más y sus menos con Vachon, técnico angelino. Por ello, en marzo de 1990 anunció su retirada definitiva del hockey.
Tras su retirada Beck ha seguido ligado al mundo del hockey en varias facetas. Una de las últimas ha sido la de entrenador y manager de la selección de Hong Kong, donde estableció su residencia durante la primera década del siglo XXI. En el país asiático se hizo cargo de la selección nacional de Hong Kong así como de equipos de las categorías inferiores. Además ha sido uno de los grandes impulsores del crecimiento que ha tenido el hockey hielo en Hong Kong.
En los últimos años ha sido noticia por unas incendiarias declaraciones en las que acusaba de cobardes a los New York Rangers y a la NHL y de no hacer nada cuando Mark Pavelich, uno de los integrantes del equipo estadounidense del Milagro de Lake Placid, sufrió unos problemas mentales que acabaron con su vida. Beck consideraba que Pavelich sufrió su enfermedad mental debido a las lesiones en la cabeza que sufrió durante su etapa en la NHL. Beck también censuró que la NHL evitara conversaciones sobre el impacto duradero del deporte físico en el cerebro. Además, el ex defensor canadiense también ha sido noticia por el fallecimiento de su hijo, asesinado a puñaladas en Hamilton, Ontario, en 2020 a causa de una discusión de tráfico.
Sea como fuere la vida de Barry Beck ha estado marcada por las luces que logró durante sus mejores años en el hielo y las sombras por sus controvertidas declaraciones, algo que le ha llevado a ser uno de los jugadores históricos de la NHL más queridos y a la vez más odiados por los aficionados.