Las rivalidades deportivas son algo intrínseco a los deportes. Es imposible no ser de un equipo y coger algo de manía a ese rival que te gana constantemente. O a ese equipo que comparte ciudad con el tuyo y cada vez que vas a trabajar tienes al compañero de trabajo recordándote lo bueno que son ellos y los malos que sois vosotros. O al revés, hay un placer especial al poder decir a alguien que tu equipo es mejor que el suyo.
Si hablamos de España, una de las grandes rivalidades es la del Real Madrid y el FC Barcelona. No me voy a poner intensa, todo el mundo sabe la historia que tienen estos dos equipos tanto a nivel deportivo como geográfico. Las dos grandes ciudades del país, los núcleos económicos y políticos, todo ligado a dos equipos que han estado peleando constantemente por ser el mejor. Ya no sólo entre ellos, sino el mejor de la Liga. El mejor del mundo.
En Canadá pasa un poco lo mismo con su gran deporte, Toronto y Montreal llevan una eternidad peleando por ser los mejores, aunque la historia es un poco distinta para ellos.
A pesar de tener a la prensa siempre encima, de ser de los equipos que más atención reciben de todo el mundo, la sensación y realidad, es que no son los mejores ni parece que estén cerca de ello.
Sólo hay que ver el último año que ambos han ganado la Stanley Cup -Montreal en el 93, Toronto en el 67- para hacerse un poco a la idea de la situación en la que se encuentran. Han tenido momentos en la última década que parece que han rozado el pelear con los mejores, Montreal jugó la final de la Stanley Cup en 2021, pero da la sensación de que fue por casualidad. No se puede vender una rivalidad de ganadores cuando es difícil verlos más allá de la primera ronda de playoffs.
Para ser dos de las ciudades que más dinero mueven y que tienen a la prensa siempre encima de ellos, no han dado ninguna alegría a sus seguidores. Y aunque la derrota también produce mucha información: es innegable ver como el fracaso de estos equipos produce aún más repercusión en los medios de comunicación, una rivalidad de verdad por pelear por ser los mejores, mejoraría el estatus de la NHL entre las grandes ligas.
Diferencias claras entre la NHL y La Liga
Las comparativas son odiosas y las situaciones son completamente distintas, pero no me imagino una situación así en España. No me imagino a La Liga en la actualidad con dos de sus equipos punteros no peleando constantemente por ser mejor que el otro.
Porque en España cuando no es uno es el otro. La época en torno a los 2005 cuando el Barça era un equipo imparable, el Real Madrid peleaba por hacerle algo de sombra en La Liga, aunque fuese para aparecer momentáneamente en los medios de comunicación (pregúntenle a algún madridista la felicidad del Tamudazo). Uno de ellos no era el mejor, pero aun así la pelea entre ellos, la rivalidad seguía viva. Aunque ha habido momentos que el nivel no ha sido heterogéneo, la lucha entre ellos ha sido la misma. El aficionado culé siempre pendiente del madridista y viceversa.
Son una relación tóxica que no pueden vivir el uno sin el otro. Y si a uno le va tan mal como no competir en lo más alto, el otro lo iba a echar de menos.
En la NHL no da esa sensación.
Quizás por el formato de playoffs, porque los equipos fluctúan mucho más de nivel debido al sistema de draft, pero por mucho que la prensa intente hacer una gran rivalidad entre Montreal y Toronto, la sensación de que se odian a veces no es tan palpable. Si no peleas por ganar en algún momento y ser el mejor de todo, es complicado crear estas rivalidades tan épicas como a veces da el fútbol.
La NHL necesita un par de temporadas en las que Toronto y Montreal peleen de verdad por el primer puesto de su división. Que tengan opciones reales -los Leafs están en ese camino, pero con los Habs es enrevesado de verles ahí- de pelear por la Stanley Cup en una posible final de Conferencia.
Si los medios de comunicación ya venden sus partidos como el mejor de la temporada -que no suelen serlo- es fácil fantasear y pensar cómo sería la historia si fuesen un Real Madrid y un Barça. Siempre peleando por ganar y avergonzar al otro y ser los mejores de toda la liga.