
Finales de enero o principios de febrero es sinónimo de All Star en la NHL, al menos lo era hasta hace relativamente poco, un evento que reúne a la flor y nata de la mejor liga del mundo en cuanto a hockey se refiere. Pero su viabilidad, o mejor dicho necesidad, se encuentra en entredicho.

Con la vuelta de la World Cup of Hockey, esta vez bajo el nombre de 4 Nations Face-Off, los fans, periodistas especializados y mandamases de las distintas franquicias, parece que la fiebre por el hockey internacional de alto nivel ha calado muy hondo.
La intensidad en el hielo tan dispar entre el All Star y los JJOO de invierno o World Cup of Hockey ha encendido la alarma alrededor de la necesidad de seguir celebrando el tradicional fin de semana de las estrellas
Es muy complicado comparar choques más o menos oficiales con amistosos sin ningun tipo de afán de competitividad más allá del entretenimiento. En un deporte tan físico como es el hockey, un partido sin apenas cargas no convence ni al apuntador, por eso la nueva irrupción de la World Cup of Hockey (4 Nations Face-Off) ha puesto en entredicho un poquito más el actual formato de All Star.

Muchos años de All Star puestos en duda
El partido de las estrellas, más adelante pasaría a englobar más actividades aparte del propio encuentro, se lleva disputando desde la época Original Six, en esos años se enfrentaban el actual campeón de la Stanley Cup con un equipo formado por jugadores del resto de conjuntos de la liga. Este formato sería sustituido al cabo de las décadas por el tradicional Oeste vs Este, también un Norteamérica vs Resto del mundo, enfrentamientos divisionales,…un poco de todo para ayudar a digerir de la mejor forma posible un evento que no acaba de cuajar a día de hoy con la NHL.
Es cierto que en sus inicios el All Star era uno de los choques más esperados y seguidos por los aficionados, en una época donde la conectividad estaba a años luz de la actual, la única forma de poder ver a los mejores jugadores de la liga reunidos era durante el partido de las estrellas. Así los espectadores disfrutaban en directo de la presencia de jugadores que habitualmente no podían ver, solamente las crónicas de los periódicos aportaban luz fuera del radar de su propio equipo local. Fuese por la falta de televisores en los hogares norteamericanos o contrato televisivo nacional inexistente, la verdad que la exposición de la NHL durante esas décadas del siglo XX distaba mucho de la de ahora.
La llegada de la globalización en forma de internet lo cambiaría todo, si bien ya se ofrecía el All Star a nivel nacional este iba perdiendo su glamour de antaño. Partidos infumables o simplemente muy alejados del espectáculo habitual de la NHL, en resumidas cuentas, intensidad frente un correcalles sin defensa que poco podía (y puede) ofrecer a los fans del hockey puro y duro.

Llegados a este punto, la NHL no parece que a día de hoy quiera dejar el formato del All Star en el banquillo pero si difuminado entre competiciones internacionales del máximo nivel. Algo que incluso podría ir a más viendo la intención de la liga de consolidar, ahora sí, la World Cup of Hockey cada cuatro años al igual que la presencia NHL en los JJOO de invierno, con un febrero si y otro no, teniendo a las estrellas de la NHL compitiendo con sus combinados nacionales, se podría abandonar del todo el partido de las estrellas y seguir con el calendario habitual de la temporada regular en esos años sin torneo internacional.
El debate actual, intensidad frente un correcalles sin defensa que poco puede ofrecer a los fans del hockey puro y duro
Los fans piden competitividad e intensidad y el All Star es algo que no puede dar. ¿Quién sabe si se acerca su final? El tiempo lo dirá pero los fans ya están eligiendo bando y no es el del fin de semana de las estrellas.
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