
Vinculado desde su juventud al mundo del deporte, este británico de origen, forjó la liga de hockey definitiva del deporte canadiense por excelencia.

Una institución más que centenaria es lo que es hoy día gracias a los cimientos que plantaron personas que nos dejaron hace mucho tiempo atrás, y sin duda alguna, la NHL debe muchas de sus bases al que fuera su primer presidente, Frank Calder, que ocuparía el cargo hasta su fallecimiento en 1943.
El hombre
De familia de origen escocés, Frank Sellick Calder venía al mundo en la ciudad inglesa de Bristol el 17 de noviembre de 1877. Desde joven y aún en su país natal, mostró una gran inclinación por el deporte en general, practicando disciplinas tan diversas como el rugby, cricket, balonmano, golf o fútbol, toda una declaración de amor al esfuerzo competitivo en general.
El deporte siempre fue uno de los motores de su vida
Su decisión de emigrar a Canadá haría que su camino vital se cruzara con el que se iba a convertir en el deporte rey en el país de la hoja de arce, el hockey, aunque antes de eso tendría que llegar tras un primer paso como maestro en un colegio privado. Pero después de eso, no tuvo más remedio que responder a la llamada del incipiente mundo de los deportes ejerciendo como editor de la sección deportiva de varios diarios de la zona de Montreal e incluso para el británico Daily Telegraph.

Pero su carrera periodística evolucionó, y sus conocimientos de economía y gestión lo propulsaron a convertirse en redactor de la más prestigiosa sección financiera del Montreal Herald.
Esa combinación de amor al deporte y de saber hacer en la gestión, le llevaron a dar sus primeros pasos en la dirigencia de instituciones deportivas, creando la Montreal School Rugby League y participando en la creación y estructura de las primeras instituciones federativas del fútbol en la ciudad de Montreal primero y de la provincia de Quebec después. Todo esto ocurría en 1912, pero todavía faltaría un poco de tiempo hasta que Calder y el hockey se encontraran de forma definitiva.
Llegada al mundo del hockey

El 15 de noviembre de 1914, Calder entraba en el organigrama de la National Hockey Association (NHA), la predecesora inmediata de la NHL como secretario tesorero de la misma, invitado por el entonces propietario de los Montreal Canadiens. La turbulencia de la Primera Guerra Mundial afectó a las competiciones deportivas canadienses por el reclutamiento de los jóvenes que partían al duro y triste destino de las trincheras europeas. El debate sobre la reestructuración de plantillas y reasignación de jugadores desde equipos menos afectados a otros esquilmados levantó ampollas y enconó posturas que se volvieron irreconciliables, con una de las franquicias en total desacuerdo con las demás.
El resto de propietarios confiaron en Calder para resolver el problema, y este junto a la mayoría de equipos zanjaron el asunto creando una nueva liga que dejaba aparte al elemento díscolo, era el 26 de noviembre de 1917, nacía la National Hockey League (NHL) y Frank Calder era su primer presidente.
El legado de Calder en la NHL
Tras años de inestabilidad en lo que respectaba a las competiciones profesionales de hockey, Calder puso en práctica sus capacidades de gestión al igual que su temple, que le sirvieron para superar las crisis que afrontó en su mandato, como la huelga de los Hamilton Tigers en la temporada 1927-28 que resolvió con mano dura a base de suspensiones y multas o el reto que supuso enfrentar la crisis económica iniciada en 1929 dejando en 1942 solo seis equipos supervivientes, los que hoy día conocemos como Original Six.
Su capacidad de decisión y de gestión, fueron fundamentales para que la NHL resolviera las crisis que amenazaron su existencia en el periodo entreguerras
Otra de las contribuciones del mandato de Calder, fue cerrar las puertas a la segregación racial en el hockey a diferencia de otras ligas que tenían clausulas que prohibían el fichaje de jugadores de color, aunque hasta 1958 no se produjo el debut con Boston Bruins de Willie O´Ree, es decir, 15 años después de que Calder dejara la presidencia.
El mandato de Calder sirvió para abrir la NHL a los Estados Unidos, con los Boston Bruins como punta de lanza, regular la relación de la NHL con el hockey amateur solucionando lo que se refería a las compensaciones que correspondían a los equipos que formaban a los jugadores. En la temporada 1932-33, Calder nombraría por primera vez al mejor jugador novato de la liga, un esfuerzo personal reforzado tras recibir el permiso de la liga en 1936 para comprar un trofeo que acompañara a ese nombramiento. Tras su muerte, la liga haría suyo el galardón convirtiéndose en el Calder Memorial Trophy que conocemos hoy día. No es ese el único trofeo profesional que lleva su nombre, la Calder Cup, es el trofeo que decora las vitrinas del campeón de la AHL, la liga de desarrollo de la NHL.

Solo la muerte, provocada tras una sucesión de infartos en febrero de 1943, le apartó de la presidencia y cerró la etapa de iniciación y consolidación de la que iba a ser la liga de hockey más importante del mundo y una de las cuatro majors del deporte norteamericano.
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