La buena mano que tienen los Red Wings en Suecia no es nada nuevo, ni tampoco el acierto que están teniendo en los últimos años a la hora de reclutar defensas jóvenes, aún con una cuota importante de riesgo asociada a ellos. El nombre de Håkan Andersson tiene mucho que ver en ello y la buena estructura montada en Europa, haciendo énfasis en Suecia, para detectar y filtrar el talento por delante de los demás. Estructura de la que forma parte también Niklas Kronwall, que sabe mucho tanto de ser sueco como de ser muy buen defensa a nivel NHL. ¿Adivinan quién descubrió a Niklas Kronwall cuando nadie lo tenía en mente? Sí, Håkan Andersson. Una línea que ya va teniendo alumnos que continuarán el legado.
A día de hoy, la elección de Moritz Seider es uno de los mayores aciertos recientes y muchos se hacen cruces de cómo pasó su talento tan desapercibido. Pero no debemos olvidar que, en su momento, fue la elección que rompió todas las previsiones y sorprendió tanto al público como a los analistas. El defensa alemán subía al escenario presentado como un jugador en el molde de Brandon Carlo, con una proyección de ocupar alguno de los dos primeros pares defensivos, excelentes condiciones físicas pero debiendo mejorar su juego ofensivo, lo cual nos recuerda una vez más que los puntos no son el indicador definitivo sobre el potencial ofensivo.
Seider fue escogido tras una temporada de 6 puntos en 29 partidos con Mannheim en DEL. La temporada siguiente ya firmó 22 en 49 con el afiliado de Detroit en la AHL y siguió con 28 en 41 durante su cesión en Rögle. En la actualidad, Seider es el prototipo de defensa ideal que todos aspiran a encontrar en el Draft. Pero es que todo apunta a que no se han quedado ahí en cuanto a su búsqueda de defensas para el futuro.
Simon Edvinsson ha firmado recientemente su ELC con Detroit, y si bien todavía no hemos visto su adaptación a la NHL, en este último año en la SHL ha mostrado una evolución increíble que invita a pensar que será un nuevo acierto de la gerencia. Pero de nuevo, elección con su cuota de riesgo asociada. Suponía escoger de nuevo a un defensa habiendo apostado recientemente por el propio Seider. Apostaban por su país más controlado, pero lo hacían por encima de otros nombres que parecían más lógicos en su puesto como William Eklund, o Jesper Wallstedt, del que por cierto “pasaron” de nuevo más adelante en favor de Sebastian Cossa, si bien aquí de momento, ambos parecen buenas apuestas, siendo Minnesota quien acabó apostando por Wallstedt.
Sorprendía, pero el pensamiento había cambiado del “¿qué han hecho?” a un “pues sí lo han hecho es por algo”. Y podríamos poner un caso similar al de Seider en cuanto al ataque. Edvinsson tenía las capacidades pero no se convertían en puntos, también es cierto tras una temporada con poca estabilidad en cuanto a equipo y categoría. Esta última temporada en Frölunda las cosas han cambiado, y eso que la sensación es que tampoco se ven los puntos al nivel de su aportación en cuanto a generar opciones de lograrlos.
Edvinsson además entraba como un diamante muy en bruto. Un jugador con esa altura, movilidad, esos recursos de manejo del puck, no aparecen todos los días. Pero también era un chico que todavía no sabía usar esa superioridad física, que le batían en el cuerpo a cuerpo, y cuyas aventuras ofensivas costaban algún que otro disgusto, con salidas de puck, tanto en pase como en conducción, que provocaban a todos los presentes asombro e infartos a partes iguales. Ahora es un Edvinsson que ha madurado, que actúa como una referencia, que juega con la cabeza arriba y pilota todo lo que sucede. Que lidera el ataque y entra en zona de ataque con seguridad, empezando a ser el Edvinsson que esperábamos ver. Pero aquí la palabra clave es esa, empezamos. Todavía queda mucho más.
William Wallinder era un jugador en el mismo molde que Edvinsson pero con quizás una menor proyección ofensiva. Tenía un físico imponente, un patinaje fluído marca de la factoría sueca, pero cayó el día del Draft hasta el punto que Detroit no pudo dejarlo pasar. A día de hoy, Wallinder ha sido nombrado el jugador U20 del año en la SHL, siguiendo la estela de su más que probable futuro compañero, Moritz Seider. Además se proclamó campeón de la CHL con Rögle, siendo pieza importante del equipo.
“Él [Kronwall] suele estar aquí y (…), revisa detalles del juego y luego nos reunimos. Es bueno tenerlo a mi lado, me ayuda mucho. ” William Wallinder (Expressen)
Wallinder recoge una buena habilidad patinando con un gran aprovechamiento de esa envergadura para ser disruptivo con el stick. Las líneas de pase tienen su nombre, y los ataques que pasen cerca suyo, se encontrarán con sus largos brazos. El propio Kronwall ya ha estado en persona siguiendo su evolución y Wallinder es bien conocedor que tiene a Niklas cerca, lo cual siempre es motivo de alegría.
Pero es que también en la SHL, concretamente en Farjestad, está otro jugador defensivo, cuyos derechos pertenecen a los Red Wings, y responde al nombre de Albert Johansson. Recientemente, Kris Draper ha comentado a Aftonbladet que, al ritmo que se está desarrollando el jugador, valoran darle la oportunidad en NHL la próxima temporada. Palabras del propio Kris, es un jugador que tiene patinaje, remate y juego físico. No sería raro ver su nombre muy mencionado de cara a la próxima temporada, porque está volando un poco por debajo del radar para el público, pero puede acabar apareciendo en las alineaciones de Detroit, y despertando a muchos que no le conocían.
Detalle curioso, en el mismo Draft que escogieron a Wallinder, también escogieron en séptima ronda a Kienan Draper, el hijo de Kris Draper. Ha firmado una buena temporada en la BCHL y estará el año que viene en la universidad de Michigan, que recientemente está reclutando multitud de talento, y se encontrará el año que viene con jugadores como Frank Nazar, Seamus Casey, Adam Fantilli, Rutger McGroarty, que aspiran a tener una carrera más que interesante en la NHL.
Buenos proyectos también fuera del ‘circuito’
No son solo ellos, sino que cuentan con otros buenos proyectos defensivos fuera del circuito SHL., como Eemil Viro en Finlandia, y un nombre que creo se debe anotar para el futuro: Shai Buium. Acaba de ser campeón con Denver de la NCAA y es otro caso arriesgado, pero realmente interesante. Buium empezó como atacante y se convirtió a defensa, teniendo unos dos últimos años de cambio de competiciones, pero en los Pioneers se unió como primer par de la defensa, además de ser el director desde la línea azul en el PP, con un wrist shot muy bueno y algunas internadas por el ala, además de unirse al rush de manera peligrosa.
Tiene todavía un mundo por mejorar, en el plano defensivo, o como el mismo dice, en el patinaje, pero si le dan un buen sitio, al ritmo que crece hay defensa al que seguir de cerca. Pero es que aún hay más: Jared McIsaac se está formando en la AHL y los problemas físicos le impidieron un crecimiento más inmediato del que se esperaba, pero venía desde minors con un pedigrí excelente, siendo el ROY defensivo de la QMJHL, título que ganaron en su momento otros como Dmitri Kulikov o Samuel Girard.
Y si quieren el nombre de otro defensa sueco al que tener controlado, anoten para este Draft el nombre de Calle Odelius. Bien es cierto que, a título personal, no me acaba de cuadrar su perfil con las apuestas más de riesgo que suele tomar Detroit, con jugadores que no tienen techo pero que implican, siempre desde fuera por supuesto, una cuota importante de riesgo, esos tan mencionados unicorns. Odelius se perfila como un buen all-around que distribuye desde la línea azul, con recursos técnicos, remate ajustado, y capacidad para mover a los defensas rivales, pero siempre bien posicionado. Tiempo atrás, no era el defensa sueco con más opciones de ser el primer escogido, puesto que ese honor correspondía a Elías Salomonsson, pero ha tenido un año con muchos baches y se ha quedado Odelius ese puesto
Detroit está formando auténticas joyas defensivas en la SHL
No es fácil encontrar a un Seider, pues sumar atreverse con un Edvinsson además de pescar en el segundo día a un Wallinder y tendrán defensa por muchos, pero muchos años. Construir desde la base, con aquellos jugadores que para los demás son apuestas arriesgadas, pero que conoces como anillo al dedo, que vienen del lugar que más tienes dominado, donde ejerces un seguimiento shift-by-shift de todo lo que está pasando. Tienen lo que muchos se pasan largo tiempo buscando. Apostar hasta dónde pueden llegar todos estos nombres es un disparo al aire precisamente por esto, porque no tienen techo, por eso mismo genera tanta emoción lo que podemos ver sobre el hielo en el futuro de estos Red Wings. Tienen la base del castillo con buenos cimientos, y con unos jugadores que pueden crear tendencia para otros en el futuro.