Pete Muldoon fue el primer entrenador de los Chicago Black Hawks. Era natural de St. Mary’s, Ontario, y nació con el nombre de Colonel Linton Treacy en 1887. Jugó a hockey en Ontario durante su juventud, pero se trasladó a la costa oeste a principio de la década de 1900 para perseguir una carrera en el boxeo. Se cambió de nombre porque sentía que el nuevo era más adecuado para un boxeador.
Aunque fuera adepto a otros deportes, el hockey siempre fue su primer amor. Inició su carrera como entrenador con los Portland Rosebuds de la Pacific Coast Hockey Association a la edad de 27 años durante la temporada 1914-15. Dos años después, se mudó a Seattle para entrenar a los Seattle Metropolitans, de la misma asociación, y los llevó a disputar la Stanley Cup ante los Montreal Canadiens.
Al ganar la Copa, los Metropolitans se convirtieron en el primer equipo estadounidense en hacerlo. Además, Muldoon sigue siendo, hasta la fecha, el entrenador más joven de un equipo estadounidense en ganar una Stanley Cup y el primero en llevar la Copa al sur de la frontera canadiense.
Cuando Seattle cerró después de los playoffs de 1924, Muldoon regresó a Portland. En 1926, la mayoría de los jugadores de los Rosebuds fueron vendidos a Major Frederick McLaughlin, que era el dueño de los Chicago Black Hawks, de la National Hockey League. Muldoon recibió la oferta del cargo de entrenador del nuevo equipo, un trabajo que le encajó a la perfección y aceptó finalmente.
Muldoon quería al equipo y a sus jugadores. Y los jugadores aprendían de Pete. Ocho de los 16 jugadores de Chicago de aquella temporada fueron eventualmente entrenadores. Un jugador que disfrutó de un gran éxito fue el legendario Dick Irvin, que ganó Stanley Cups tanto con los Leafs como con los Canadiens.
Sin embargo, trabajar para McLaughlin no era un camino de rosas. El propietario interfería constantemente con el técnico y realizaba sugerencias e incluso demandas acerca de cómo debían ser utilizados los jugadores. Muldoon, cansado de las extravagancias del dueño y con 14 días restantes en la temporada, avisó a McLaughlin que iba a dimitir de su cargo.
La franquicia tuvo un éxito moderado en su primer año y terminó tercera en su división. La gloria esquivó al equipo en el torneo por la Stanley Cup y Muldoon cumplió su palabra y dejó el equipo. Desafortunadamente, tras regresar a Seattle, Muldoon falleció debido a un ataque al corazón en marzo de 1929 a los 41 años de edad.
En cuanto a la maldición, cuando Muldoon se marchó de los Black Hawks, estaba tan desencantado con las intromisiones de McLaughlin que le comunicó que iba a invocar un maleficio irlandés sobre el equipo. Juró que el club nunca terminaría en la primera posición de la clasificación de la NHL. Siempre ha habido un poco de polémica acerca de si esa conversación tuvo lugar realmente o fue una invención del periodista Jim Coleman. En cualquier caso, los participantes en el intercambio de palabras ya no están con nosotros.
Eventualmente, en la temporada 1966-67, la última de la NHL de seis equipos, los Black Hawks de Glen Hall, Pierre Pilote, Stan Mikita, Kenny Wharram y Bobby Hull terminaron primeros y rompieron la supuesta maldición de Muldoon 23 años después de la muerte de McLaughlin. No obstante, Chicago perdió en las semifinales ante Toronto.