Marc-André Fleury defiende su lugar como uno de los mejores porteros de la NHL desde que entró en la liga, seleccionado en la primera posición absoluta – una rara avis – por los Pittsburgh Penguins en 2003.
Más de dos décadas después, Fleury permanece en el trono y ha logrado una consistencia en el éxito como pocos… en cualquier posición del hielo. El canadiense, a través del trabajo, accede cada temporada a la mesa de los mejores jugadores, pese a que las actuaciones de otros brillen más bajo los focos. La mayor diferencia estriba en que el resto no mantienen una forma a la misma altura y a lo largo del tiempo como él. Mientras que los demás nombres van y vienen, el de Marc-André Fleury resiste entre aquellos protagonistas.
En el momento de escribir este artículo, Fleury posee un registro de 567 victorias y 331 derrotas, un promedio de 2,60 goles encajados y un porcentaje de parada del .912. El cancerbero de Quebec entró en la liga con 19 años, una edad en la que la mayoría todavía se esfuerza por hacerse un hueco en las competiciones menores para llegar a su destino final. Una vez dejó atrás la adolescencia, ‘Flower’ elevó sus prestaciones en todas las líneas estadísticas. Tanto es así que tiene un mejor porcentaje de parada en su trayectoria que miembros del Salón de la Fama como Martin Brodeur, Patrick Roy o Terry Sawchuk. Las pruebas concluyentes le reservan una silla dorada en la historia.
Entre los mejores de siempre
En cuanto a los guardametas de la NHL en activo, Marc-André Fleury encabeza el grupo en diferentes áreas; a saber, partidos disputados (1034), victorias o porterías a cero, con un total de 75. De los porteros en la historia de la competición que se encuentran por delante de Fleury en el último número, todos poseen su propio sitio entre los inmortales del deporte, excepto Lorne Chabot. En la campaña 2020-21, su decimoséptima, el natural de Sorel sorprendió al entorno de la liga al ganar el puesto de titular en los Vegas Golden Knights. La capacidad de Fleury de establecer un listón alto al principio del curso dejó clara la jerarquía. Así, el canadiense mantuvo el nivel y recibió su primer trofeo Vezina, un reconocimiento esperado, merced a una línea estadística que presentaba 26 victorias y menos de dos goles en contra de media.
Pese a que Fleury no posee la misma cantidad de metal que otros grandes de la portería, el cancerbero de Quebec ha propulsado a sus equipos hacia las cumbres más selectas. En este sentido, ‘Flower’ llevó a los Golden Knights, entonces una franquicia de expansión, a su primera final por la Stanley Cup en la temporada 2017-18, su campaña de debut. Sin embargo, llegar a la final y ganarla estriban destinos completamente diferentes. Incluso los mejores de cada época tienen suerte si logran capturar una Copa. En el caso de Fleury, lo ha conseguido en tres ocasiones. El guardameta participó de los triunfos de los Penguins en 2016 y 2017, pese a quedar eventualmente por detrás de Matt Murray en la jerarquía bajo palos.
Ganar, ganar y ganar
Excepto por las noches malas, que todo profesional experimenta, Fleury se encuentra entre los jugadores más seguros de la NHL durante su etapa en la competición. Prueba de ello, el canadiense ha amasado un registro positivo – más victorias que derrotas – en 17 de sus 19 cursos disputados. De hecho, no ha anotado un récord perdedor desde la 2005-06, dato que no puede replicar ningún otro portero en activo de la liga. La salida de Fleury de los Penguins, seleccionado en el draft de expansión por Vegas, le llevó a convertirse en la estrella de una franquicia – tras quedar opacado por la extensa sombra de Sidney Crosby en la Ciudad del Metal. Incluso con el nuevo deber asumido, el guardameta condujo al equipo de la Ciudad del Pecado al mejor porcentaje de victorias por parte de un club nuevo en la historia de la liga.
En definitiva, el natural de Quebec no sólo posee las credenciales necesarias para ser considerado uno de los mejores cancerberos de la liga mientras sigue jugando, sino que también las tiene para ser merecedor del principal honor del deporte una vez cuelgue los patines. Tres anillos, un trofeo Vezina y un premio Jennings atestiguan una trayectoria subrayada por su capacidad innata para liderar un equipo y llevarlo al triunfo. La cuestión en este punto de su carrera no se encuentra en si Marc-André Fleury terminará o no en el Salón de la Fama del hockey. El debate gira hacia cuánto tiempo pasará hasta que reciba la llamada cuando abandone los hielos de la NHL.
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