Uno de los problemas que tiene nuestra liga frente a otros deportes más populares es que no promociona a sus estrellas; intenta vender demasiado la idea del equipo sobre todo y eso hace que los jugadores individuales muchas veces no destaquen fuera de la pista.
Amazon Prime ha venido para solucionarlo. De la mano de James Gay-Rees y Paul Martin, productores también de otros programas deportivos como Drive to Survive, nos trae El Juego Definitivo: Dentro de la NHL. La docuserie perfecta para entretener a los que ya somos fans y para enganchar a gente nueva.
Los creadores decidieron centrarse en varios jugadores estrella de los equipos que llegaron a Playoffs en 2024. Nos meten de lleno en el día a día de William Nylander, David Pastrnak, Filip Forsberg, Jack Eichel, Jeremy Swayman, Matthew Tkachuk, Quinn Hughes, Jacob Trouba, Gabriel Landeskog y Connor McDavid para que los acompañemos en los momentos de mayor tensión de toda la temporada, en logros personales y victorias y derrotas profesionales. En la batalla por Stanley, como siempre se dice (y se repite varias veces en la serie), el trofeo más difícil de ganar.
En un evento con los medios en Toronto, donde se presentó el primer capítulo antes de que saliera a la luz, uno de los creadores dijo que no sabía nada de hockey. Quizás sea verdad, pero lo que es evidente es que sí que sabe de contar historias, de narrativa; y narrativas nuestro deporte tiene para dar y regalar. Así, en cada capítulo, se enlazan las vidas de dos o más jugadores, se encuentran puntos comunes y divergentes que explorar, mostrando de forma clara y directa la personalidad de cada uno. Son jugadores en momentos diferentes de sus carreras y sus vidas, que juegan en posiciones diferentes, con logros y desafíos diferentes a sus espalda… y sin embargo, se puede ver claramente la conexión entre ellos y lo que los une.
En general, es un trabajo excelente, sin filtros, que cuenta con la participación no solo de los jugadores protagonistas, sino también de sus equipos y familiares, así como de toda una serie de personalidades relacionadas con el deporte, como Paul Bissonnette, P.K. Subban o Sarah Nurse.
Capítulo 1
Seguimos a William Nylander, de los Toronto Maple Leafs, y a David Pastrnak, de los Boston Bruins, mientras sus equipos se enfrentan en la primera ronda de Playoffs. De este capítulo destacaría que vemos a los dos jugadores protagonistas interactuar entre ellos dentro y fuera del hielo, mostrando una relación que se formó cuando ambos jugaban juntos en junior en Suecia, aunque apenas hablaban el idioma del otro, y que sigue fuerte hoy en día a pesar de la rivalidad de en la pista. Además, Pastrnak hablando de su hija, Freya, introduce un tema que será una constante para algunos jugadores a lo largo de la serie: a veces, en la vida, hay mucho más que el hockey.
«[Toronto] es la única ciudad que ha sido mi hogar. Nunca había pasado tanto tiempo en un mismo lugar. Es una locura» – Willian Nylander
Capítulo 2
En este capítulo, nos centramos en Filip Forsberg, de los Nashville Predators, y Jack Eichel, de los Vegas Golden Knights. A los dos los une una cosa que muchos jugadores de hockey tienen en común: las rutinas. Ambos siguen los mismos pasos todos los días de su vida, hasta tal punto que, como el mismo Forsbeg dice al hablar de cómo se pone los patines siempre a las 7:07, si lo dices en voz alta, parece una estupidez. ¿Supersticiosos, los jugadores de hockey? Que se lo pregunten a los 18.187 asientos que tiene el PPG Arena gracias a Sidney Crosby.
Otro punto en común de estos dos jugadores son las lesiones, y eso es gran parte del capítulo: la resiliencia necesaria para este deporte. Las heridas inevitables. La lucha de Jack Eichel en Buffalo para poder someterse a la operación que él quería (algo que su equipo le impedía y que desembocó en que le quitaran la capitanía y lo traspasaran a Vegas). La forma en la que lo viven los familiares, como explica la mujer de Forsberg, la cantante de country Erin Alvey (se me olvidó meterla en mi artículo sobre WAG famosas…), que esperaba al primer hijo de la pareja durante los Playoffs. Y como, aunque perder siempre duela, a veces trae cosas buenas: eliminación de Nashville por parte de Vancouver permitió al jugador estar allí para su mujer.
Capítulo 3
La tercera entrega nos trae una historia de contrastes. Por un lado, vemos a Jeremy Swayman, de los Boston Bruins, una estrella en ascenso, un chico de Alaska. Por otro, Matthew Tkachuk, de los Florida Panthers, una estrella consolidada que ha crecido bajo los focos de la fama de su padre como jugador de hockey. Sin embargo, cuando se enfrentan en playoffs, los dos comparten un objetivo: Stanley. Swayman, apenas un año después de haber tenido que ir a arbitraje al no poder llegar a un acuerdo con los Bruins, tiene que demostrar que tiene madera para ser el portero que lleve a su equipo hasta la Copa. Tkchuck tiene la espinita de haberse quedado a las puertas el año pasado, cuando nadie daba un duro por su equipo, además de un legado familiar: su padre nunca ganó el trofeo en sus años de carrera. Pero solo uno de sus equipos puede pasar a la siguiente ronda…
De este capítulo destaco el seguimiento del contrato de Swayman. Te hace alegrarte de que el muchacho haya conseguido firmar lo que él quería.
Capítulo 4
El capítulo de los capitanes.
Por un lado, Quinn Hughes, defensa de los Vancouver Canucks, todavía sin haber cumplido un año como capitán. Nos adentramos en su vida, nos cuenta cómo se enfrenta a la responsabilidad del liderazgo (leyendo libros y poniéndose en serio con la vida saludable) y escuchamos varias historias entrañables sobre sus hermanos, Jack y Luke, ambos de los New Jersey Devils.
Gabriel Landeskog lleva arrastrando una lesión de rodilla desde 2021. Tras varias cirugías, apenas ha pisado el hielo desde que levantara la Copa en 2022 con los Colorado Avalanche. Sin embargo, sigue siendo el capitán del equipo y hace todo lo que puede para estar allí por ellos. Pero también para su familia, en especial sus dos hijos, a los que les dijo que la herida de la cirugía se la hizo un tiburón. Ah, y su hija de fan de los Pittsburgh Penguins, como debe ser.
Jacob Trouba, capitán de los New York Rangers, es un jugador controvertido que juega en el límite entre lo limpio y lo sucio y a menudo se pasa de lado. Sin embargo, su estilo de liderazgo parece funcionar con su equipo. En este capítulo podemos verlo, además, proyectando su energía en una obra de arte corporal y cuidando de su bebé, facetas del jugador que muchos no conoceríamos.
Es quizás el capítulo más flojo, pero es un concepto bonito y te prepara para lo que viene después: el capítulo definitivo.
Capítulos 5 y 6
El clímax de la serie. Lo que todos hemos venido a ver. El enfrentamiento entre los Florida Panthers de Matthew Tkachuk y los Edmonton Oilers de Connor Mcdavid por los 15,6 kg menos pesados de cargar del mundo: la Stanley Cup.
De nuevo, como suele pasar con Matthew Tkachuk, tenemos un capítulo de contrastes. Porque a pesar de la presión, Tkachuk es la viva imagen de la tranquilidad. Lo vemos relajado, en la piscina, mirando el mar (un ritual que tiene antes de los partidos), bromeando con su familia. McDavid es otra historia. Como él mismo admite, es introvertido y eso le ha ganado el mote de robot, pero en este capítulo podemos verlo lleno de emoción, de tensión, de nervios. El hockey es su vida y todo lo que le rodea está pensado para contribuir a su juego: su casa, que comparte con su ahora esposa, la influencer Lauren Kelly, su chef profesional (que le pasa ketchup de contrabando a Lauren, porque Connor lo odia). Sus rutinas. Cómo se relaciona con su equipo.
Los dos equipos, los dos jugadores, se enfrentan en una de las finales de la Stanley Cup más emocionantes de los últimos tiempos, siete partidos llenos de giros de guion y cambios inesperados que esta docuserie ha conseguido reflejar a la perfección. Y todos sabemos que solo puede llevarse la copa uno.
Por otro lado, el programa ha conseguido mostrar una faceta de McDavid que los fans no habíamos visto hasta ahora y que, desde mi punto de vista, hace que ya solo con eso merezca la pena ver la serie. Hace unos meses habría pagado por ver a McDavid cuando se entera de que ha ganado el Hart. Y ahora lo tengo (y me ha roto un poco el corazón). Y hay que ser muy duro para ver a los Tkachuk celebrar al final y no soltar alguna lagrimilla, te caigan mejor o peor.
Si tengo que quejarme de algo, es de que, sobre en estos dos últimos capítulos, se han centrado demasiado en solo dos jugadores, cuando seguro que el resto de los dos equipos también tenía cosas interesantes que contar. Con dos capítulos enteros para hablar de la última ronda, podrían haber introducido más impresiones del resto de Florida, por ejemplo. Por lo demás, una serie de 10.
Espero de verdad que Amazon no se quede solo con esto y que el año que viene podamos ver un programa similar con otras estrellas.
Te puede interesar…
.