Hace unos años, ya escribí sobre lo populares que se estaban volviendo los libros de romántica de hockey. Incluso tuve la suerte de entrevistar a una autora canadiense que lleva una década dedicándose a escribir este tipo de historias.
De hecho, la temática es tan popular que a mí ya no me da tiempo a leer todo lo que se publica en castellano para venir aquí y escribiros una reseña (sobre lo que se publica en inglés ni hablo, que eso hace años que me supera). Es imposible ir a una librería sin encontrarte portadas con unos dibujitos cuquis de hockey y la etiqueta Bestseller pegada encima. Así que, para que no os quedéis sin subiros al carro, esta semana os traigo una reseña de romántica.
Es imposible ir a una librería sin encontrarte portadas con un dibujitos cuqui de hockey y la etiqueta Bestseller pegada encima.
Estas Navidades me he tirado a la piscina he saltado al hielo (ba dum tss) y me he leído por fin la saga de los Jacksonville Rays de Emily Rath: Pucking Around, Pucking Wild y Pucking Sweet. Además, tengo que decir que los dos primeros me los ha regalado su excelente traductora, Ana Navalón (gracias, Ana, un saludito). Decir que esta saga es popular es quedarse corto: el primer libro fue nominado a mejor romance en Goodreads y tiene casi 170.000 valoraciones es esa plataforma. Es decir, 170.000 personas que se lo ha leído y ha decidido dejarle estrellitas. Imaginad la de gente que se lo ha leído sin registrar nada.
Las tres novelas publicadas narran la historia de los Ray de Jacksonville en su primera temporada como el nuevo equipo de expansión de la NHL. Así, no solo los jugadores tienen que conocerse entre ellos y convertirse en un equipo de verdad; también son nuevos todos los empleados, desde los médicos al personal de redes sociales. El caldo de cultivo perfecto para un par (o más) de romances de oficina-rink.
Resumen (sin spoilers)
- Pucking Around
Rachel Price, fisioterapeuta y doctora, llega a Jacksonville con una beca para trabajar con los Rays. Y resulta que el hombre perfecto con el que tuvo un rollo de una noche hace unos meses es Jack, uno de los jugadores del equipo. Podría ser el momento de reconectar, pero Rachel tiene otros planes, en especial cuando entra en escena Caleb, el mejor amigo de Jack, que era jugador hasta que sufrió una lesión y ahora trabaja como equipment manager para los Rays. El intenso bromance que se llevan Jack y Caleb no será suficiente para detener a Rachel… En especial, cuando ella lo que quiere no es separarlos, precisamente.
Por si dos hombres (con los que trabaja) no fueran suficientes, Rachel entabla una complicada relación con el temperamental portero estrella, Ilmari, que está convencido de que Rachel es su amuleto de la suerte, y ya sabemos todos cómo son los jugadores con sus supersticiones.
Menos mal que, como dice el subtítulo del libro, el amor no es cosa de dos.
- Pucking Wild
Tess es una abogada en la treintena y la mejor amiga de Rachel, la protagonista de la anterior novela de la saga. Huyendo de un divorcio difícil y un marido controlador y abusivo, Tess acaba en Florida, donde Ryan Langley, delantero de los Jacksonville Rays (¡diez años menor que ella!) le cambiará todos los esquemas.
- Pucking Sweet
Poppy St. James es la mejor gestora de relaciones públicas de la NHL, y menos mal, porque tiene mucho trabajo estableciendo la identidad en los medios de los Jacksonville Rays y asegurándose de que ninguno de los jugadores se meta en problemas. En particular, Lukas Novikov, defensa estrella y playboy profesional. Todo sería mucho más fácil si su turbulenta relación con su estirada familia no la distrajera, si le fuera el wifi en la oficina y si pudiera quitarse de la cabeza a Novikov… y a Colton Morrow, que juega en pareja con Novikov y es el hombre perfecto.
Pero ¿te han gustado?
Si lo que buscas es una saga con una trama con sentido y en la que el hockey sea relevante, estos libros no son lo que buscas. Para empezar, aunque son larguísimos, los personajes a veces se quedan un poco planos, en especial los antagonistas: los malos son malos malísimos con más bien poca profundidad, los buenos son todos unos dramáticos (y evolucionan un poco a trompicones). Luego, jugar al hockey, lo que se dice jugar, juegan muy poquito. Y el incumplimiento de las normas básicas de recursos humanos en este equipo es un problema que deberían hacerse mirar, la verdad.
Pero estos libros son entretenidísimos y enganchan que no veas. Son como ver una telenovela de esas con trama ridícula y personajes hiperdramáticos, pero con más escenas de sexo. Muchas más. Muchas. En serio. Muchas. Además, aunque cada libro se centra en una relación, las historias pasan más o menos a la vez y a veces podemos leer la misma escena desde diferentes puntos de vista, lo que siempre es divertido Así que la lectura es amena y son una buena opción si quieres desconectar del todo.
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