Edmonton completó una firme temporada 1982/83, pero cayó en la final de los playoffs por la Stanley Cup ante los Islanders, que ganaron su cuarto título seguido. En verano, los Edmonton Oilers mantuvieron el rumbo y no realizaron grandes incorporaciones a su plantilla para dejar su núcleo intacto.
Wayne Gretzky fue el líder del equipo en todas las categorías ofensivas aquella campaña 1982/83 tras registrar 71 tantos y 125 asistencias, 196 puntos. Sus pases de gol establecieron un nuevo récord en una temporada de la NHL. En las eliminatorias, Gretzky fijó plusmarcas de la liga con 38 puntos y 24 asistencias. También ganó los trofeos Art Ross y Hart.
Junto con Gretzky, Mark Messier anotó 48 goles y 106 puntos, Glenn Anderson marcó 48 goles y 104 puntos y Jari Kurri metió 45 goles y 104 puntos. En la portería, los Oilers confiaron en Andy Moog. El cancerbero canadiense fue titular en 50 partidos y acumuló un registro de 33-8-7 con un promedio de 3,54 goles en contra y un porcentaje de parada del 89,1%.
La temporada 1983/84 fue otra de récord para el equipo. Los Oilers volaron desde el principio y ganaron 39 de sus 51 partidos. Sumaron 57 victorias y 119 puntos, plusmarcas del club, y aventajaron en 15 unidades al siguiente conjunto en la clasificación. El equipo habría ganado el trofeo del Presidente si éste hubiera existido entonces.
Gretzky lideró naturalmente al equipo con 87 goles y 118 asistencias, 207 puntos. Ganó su quinto trofeo Hart seguido como el jugador más valioso de la liga y un cuarto trofeo Art Ross consecutivo como máximo anotador de la NHL. También recibió el premio Lester B. Pearson, el jugador más valioso votado por sus propios colegas. Gretzky, por segunda vez, marcó 50 tantos en menos de 50 compromisos y alcanzó la marca en 42 encuentros. En 1981 había batido el récord anotando 50 goles en 39 partidos.
Paul Coffey terminó segundo en la liga en goles y puntos mientras Kurri y Messier superaban ambos los 100 puntos. Anderson se quedó en 54 tantos y 99 puntos. Grant Fuhr y Moog se repartieron las tareas en la meta y ambos cumplieron. Fuhr anotó un registro de 30-10-4 con un porcentaje de parada del 88,3%. Por su parte, Moog acumuló un récord de 27-8-1 con un promedio de 3,77 goles encajados.
Los Oilers estaban preparados para arrasar a todo aquel que se pusiera por delante en los playoffs por la Stanley Cup.
En su serie de primera ronda, Edmonton se enfrentó a los antiguos Winnipeg Jets, ahora Arizona Coyotes. De aquellas, la primera eliminatoria era una serie de cinco partidos. Los Oilers acabaron rápidamente con los Jets y los barrieron en tres seguidos. Edmonton dominó y anotó 18 goles en los tres encuentros.
Los Oilers se citaron con sus rivales provinciales, los Calgary Flames, en su siguiente serie. La “batalla de Alberta” siempre crea drama e intriga. Edmonton asaltó a Calgary en el primer partido, pero los Flames sorprendieron a los Oilers y sus aficionados en el segundo. Edmonton se recuperó y ganó los dos duelos siguientes en Calgary para tomar una ventaja de la serie por 3 a 1.
Bajo presión, los Flames extendieron la serie en el quinto partido y se llevaron el sexto mediante un gol de Lanny McDonald en la prórroga. El séptimo partido, como la mayoría de la eliminatoria, fue un encuentro de idas y venidas. Calgary llegó a ganar por 4 a 3 en el segundo periodo, pero, desafortunadamente para ellos, Edmonton tenía más pegada y anotó cuatro goles sin respuesta para avanzar a las finales de la conferencia Campbell.
En la serie última de la conferencia Campbell, los Oilers se enfrentaron a los Minnesota North Stars. Edmonton barrió a Minnesota en cuatro partidos con una sonada paliza por 7 a 1 en el primer partido y un gol decisivo de Gretzky en el segundo. Los North Stars intentaron frenar lo inevitable en el tercer encuentro, pero los Oilers respondían siempre y vencieron por 8 a 5. En el cuarto choque, Edmonton despachó a Minnesota para avanzar a su segunda final de la Stanley Cup consecutiva.
La final de la Copa de 1984 fue una revancha de la del año anterior y enfrentó a Oilers y Islanders. New York apuntaba a ganar su quinto campeonato seguido para igualar el récord de la liga. Por su parte, Edmonton tenía la oportunidad de vengar la derrota de la pasada temporada y ganar el primer título de su historia. Los Oilers se llevaron el primer partido en un esfuerzo defensivo (1-0), pero, en el segundo, los Islanders asestaron un fuerte golpe con un triunfo por 6 a 1.
Lejos de venirse abajo, Messier anotó mediante una fantástica jugada individual y cambió la inercia de la serie en favor de los Oilers, que dominaron el tercer choque y arrasaron a New York en el cuarto. Con la oportunidad de ganar su primera Stanley Cup en casa, Edmonton asaltó rápidamente a los Islanders con un 4-0 al principio del segundo periodo y desbarató el intento de remontada a cargo de Pat LaFontaine para ganar el partido y la serie del trofeo.
Los Oilers ganaron la primera Copa en la historia de la franquicia. Messier recibió el Conn Smythe como jugador más valioso de las eliminatorias mientras Gretzky lideraba los playoffs en puntos (35), Kurri en goles (14) y Fuhr promediaba 2.99 goles en contra. Moog, invicto en las eliminatorias, fue titular en dos partidos de la final debido a una lesión de su compañero de tándem. Edmonton únicamente perdió cuatro veces en los playoffs y se convirtió en el primer equipo ex de la WHA en ganar la Stanley Cup.
La victoria abrió la puerta a una dinastía. Los Oilers ganaron Copa en 1985, 1987, 1988 y 1990. Entraron en la historia como uno de los conjuntos más dominantes en la historia de la NHL. No obstante, siempre quedará la pregunta de dónde podría haber llegado el equipo si los problemas económicos de Peter Pocklington, dueño del club, no le hubieran obligado a traspasar jugadores considerados caros de mantener.
Empezó en 1987 con el movimiento de Coffey a los Pittsburgh Penguins. Un año después, Gretzky fue traspasado a Los Angeles. Finalmente, en 1991, los Oilers completaron su reforma y cedieron a Kurri, Anderson, Fuhr y Messier en la misma temporada.
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