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Historia

El creador de equipos aspirantes: Dave Tippett, una mente estratégica detrás del banquillo

Dave Tippett. Getty

Pocos entrenadores en la época moderna de la National Hockey League (NHL) han dejado una huella tan singular en el deporte como Dave Tippett. El técnico canadiense entra en la historia de la liga reconocido por su agudeza defensiva y una notable capacidad para extraer hasta la última gota de sus equipos.

La carrera de Tippett se expande a lo largo de dos décadas, que enlazan con una sólida trayectoria como jugador – un atacante con alma de defensa – y transitan hacia la parte trasera de los banquillos para convertirse en una de las mentes más respetadas de su momento. El canadiense se hizo un nombre en sus primeros años a través de un enfoque metódico y estructurado con el que lideró a varias franquicias en altos y bajos, pero siempre de la mano de una cultura de disciplina y responsabilidad. En concreto, su etapa más exitosa se sitúa en los Phoenix – después Arizona – Coyotes, donde transformó la organización en una fuerza competitiva a pesar de los retos dentro y fuera del hielo.

Tippett es una de las mentes actuales más respetadas de los banquillos

La travesía de Tippett como entrenador, no obstante, comenzó a finales de los años 90, cuando hizo las veces de entrenador asistente en los Los Angeles Kings. Su capacidad para comunicarse de forma efectiva y los buenos resultados obtenidos al implementar su organizado esquema defensivo llamó la atención de los Dallas Stars en 2002. El natural de Moosomin, Saskatchewan, mantuvo el título de head coach durante seis temporadas en las que registró un balance ganador en cada una de ellas. En este sentido, Tippett lideró a los Stars a cinco apariciones en las eliminatorias y alcanzó en la última ocasión la final de la Conferencia Oeste. Sin embargo, después de que Dallas no pasara el corte en la campaña 2008-09, la directiva decidió dejarle ir. Pronto, el movimiento beneficiaría a un club que vivía su calvario particular.

Navegar en aguas revueltas

De la gran ciudad al desierto; en 2009, Dave Tippett asumió las riendas de los Phoenix Coyotes, un equipo ligado sin escapatoria durante toda su historia a la inestabilidad económica y la incerteza directiva. Pese a las dificultades, el entrenador canadiense enderezó el rumbo del club rápidamente y lo condujo por primera y última vez en sus más de cuatro décadas de vida – detenida el curso pasado – a las 50 victorias. El hito le llevó a ganar el premio Jack Adams como mejor entrenador de la NHL en 2010. Bajo la batuta de Tippett, los Coyotes se clasificaron para los playoffs en tres ejercicios consecutivos, que culminaron en la recordada victoria de la división Pacífica en la temporada 2011-12. Aquella campaña, Phoenix debutó en una final de la Conferencia Oeste guiado por el talento de jugadores como Shane Doan, Radim Vrbata o el portero Mike Smith. Tippett resistió ante la indecisión de la propiedad y optimizó con sus activos frente a un presupuesto reducido y una plantilla de idas y venidas.

Dave Tippett, en los Dallas Stars, protesta una decisión arbitral durante un partido ante los Vancouver Canucks en 2007. Getty Images

El sello de la filosofía del técnico de Saskatchewan estribaba en un enfoque defensivo, centrado en mantener una estructura rígida. Los conjuntos de Tippett hacían honor a dicho sustantivo; siempre disciplinados, difíciles de romper y fundamentados en una tensa presión. Así, los esquemas del canadiense ahondaban en un juego sensato y a dos bandas de sus delanteros, reflejo de su carácter como jugador. En particular, su etapa en Arizona describió una serie de equipos conocidos por ahogar la zona neutral y frustrar a sus rivales. A pesar de las críticas por su conservadurismo, el sistema subrayó su eficacia en los buenos resultados, que continuaron una vez abandonó los Coyotes en 2017 para hacerse cargo del puesto en los Edmonton Oilers.

Un legado innegable

Todo y que los dirigió a dos apariciones consecutivas a las eliminatorias en 2020 y 2021, su paso por Edmonton resultó no obstante más exigente. Mientras que disfrutó de la oportunidad de entrenar a estrellas de la talla de Connor McDavid o Leon Draisaitl, los Oilers carecieron de fondo de armario anotador y regularidad defensiva. Así, un decepcionante inicio de curso en la 2021-22 derivó finalmente en su despido. Sin embargo, el decepcionante desenlace no enmascaró el impacto de Tippett en el juego de la franquicia; la primera piedra en el eventual resurgimiento de Edmonton.

Tippett, en los Arizona Coyotes, habla con sus jugadores en el banquillo durante un partido frente a los Chicago Blackhawks en 2017. Getty

El legado de Tippett como head coach resalta por su adaptabilidad y un compromiso inquebrantable con la responsabilidad defensiva. Aunque nunca levantó una Stanley Cup, su capacidad para convertir conjuntos en apuros en competitivos expresa la relevancia de su currículum como técnico. La labor del canadiense con los Coyotes, en particular, permanece en el recuerdo como uno de los hitos más sorprendentes en la historia moderna de la NHL. Si regresa a los banquillos – no entrena desde su salida de Edmonton – o continúa involucrado en el mundo del hockey de otra manera, su influencia en el deporte resulta innegable. La carrera de Dave Tippett, en definitiva, representa una prueba de la importancia de entrenar la estructura y la disciplina en una liga donde únicamente el talento no siempre sirve para triunfar.

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